Orando fervientemente.Muestra

Una oración con poder.

  ¿Cuándo se dice una oración con poder que te imaginas? Muchos imaginan algo místico, abundantes palabras y un léxico muy florido; la realidad es que en la Palabra encontramos ejemplos de oraciones sumamente poderosas y es necesario que las analicemos.

  Un ejemplo de estos es la de nuestro Maestro Jesucristo, Él hacía grandes milagros, sanidades y prodigios; entre ellos está la resurrección de Lázaro, veamos el ejemplo de su oración que se nos relata en Juan 11:41-44 “41 Quitaron la piedra, y Jesús, mirando al cielo, dijo: —Padre, te doy gracias porque me has escuchado. 42 Yo sé que siempre me escuchas, pero lo digo por el bien de esta gente que está aquí, para que crean que tú me has enviado. 43 Después de decir esto, gritó: —¡Lázaro, sal de ahí! 44 Y el que había estado muerto salió, con las manos y los pies atados con vendas y la cara envuelta en un lienzo. Jesús les dijo: —Desátenlo y déjenlo ir.”

Vemos como:

1-Jesús glorificaba a Dios a través de sus milagros, nunca se atribuyó para sí la gloria ni mucho menos; siempre enviaba a las personas sanadas a dar ofrenda a Dios.

2- Jesús mandaba a las personas a dar testimonio de lo que Dios había hecho en sus vidas; esto lo vemos de manera reiterada en la Escritura.

3-Jesús tenía plena convicción de que su Padre le escuchaba siempre, esto debe ser nuestro mayor ejemplo, sentir y saber que Dios nos escucha es necesario para que los milagros operen en nuestra vida.

4-Sus oraciones eran muy sencillas, no usaba de palabras complejas, tampoco extendía mucho las oraciones porque se podría malinterpretar que para que una oración sea escuchada y contestada se tiene que tener mucho estudio, variedad de lenguaje; la realidad es que a Dios le agrada un corazón humilde que le reconoce como el Señor Todopoderoso que no necesita de nada ni de nadie para actuar.

  La próxima vez que te sientas desanimado, angustiado o con alguna tribulación recuerda que Dios no necesita de palabras complejas, Él desea actitudes humildes que le reconozcan y le den alabanza a Él y solo a Él; solo abre tu corazón y permite que el Espíritu Santo guíe tus palabras para que suban delante del Trono de la gracia y encuentres el oportuno socorro que requieres; oremos:

  Padre, Dios de eterno poder, en este día nos presentamos delante de tu Trono en el nombre de Jesucristo para darte las gracias porque siempre nos escuchas; sabemos que te agrada la humildad de corazón y por eso te pedimos que nos ayudes a ser mansos y humildes en todo tiempo, que nos reveles cada día más cómo hablar de manera que te sea agradable; que sea tu Santo Espíritu quien nos guíe en toda oración para que la misma suba con olor fragante delante de tu presencia; amén.