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Servir a otros a menudo requiere un sacrificio de algún tipo. Puede significar ceder parte de tu mesada a un amigo que se va de viaje misionero, o utilizar tu tiempo para cortar el césped de tu vecino, o ayudar a un hermano con los deberes en lugar de ver YouTube. No importa qué, servir a los demás puede costarnos algo. Pero este versículo nos recuerda que cuando servimos a los demás, debemos dar lo que tenemos con entusiasmo. ¡Eso sólo significa que debemos encontrar la manera de ser verdaderamente felices al hacerlo! Y aunque eso no siempre es fácil de hacer por nuestra cuenta, es algo que le podemos pedir a Dios, para que nos ayude a hacerlo mientras crecemos en nuestra fe. 

Así que hoy, hazlo. Ora para que Dios te ayude a ser feliz y estar dispuesto a dar lo que tienes para servir a otra persona.