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Escrito por Madeline, 18 años de Chalfont, Pennsylvania, EE.UU.    

Perdonar. Es algo que todo el mundo ha necesitado en algún momento de su vida. Lo sé, ¡yo también! Perdonar es decidir dejar de lado los sentimientos negativos hacia alguien que te lastimó. Y cuando hacemos algo para lastimar a otra persona, también esperamos recibir el perdón de la persona a la que lastimamos. La buena noticia es que antes de que tú o yo necesitáramos el perdón, Jesús murió para que pudiéramos recibirlo. No importa lo grande o lo pequeño que sea, Dios nos dio a Jesús para perdonar todo lo que necesitáramos que se nos perdonara. ¡Eso es algo grandioso! Puesto que podemos experimentar este perdón todos los días, Dios quiere que lo compartamos con las personas que nos rodean. Cuando tus hermanos se meten con tus cosas, cuando tus amigos discuten contigo o cuando tus compañeros de clase hieren tus sentimientos, puede ser difícil dejar ir tu ira. Es posible que quieras que "reciban su merecido" o que sientas el dolor que te han hecho pasar. Pero cuando Dios nos perdonó, no nos dio lo que merecíamos. En su lugar, eligió darnos el perdón, aunque no lo merecíamos.  Así que podemos hacer lo mismo por los demás. 

Tómate un momento para orar y darle las gracias a Dios por el perdón que te ha dado. 

Luego, pídele que te ayude a mostrar a los demás ese mismo perdón cuando te decepcionen o te defrauden esta semana.