AgridulceMuestra

Escrito por Isabell, 17 años de Indianápolis, Indiana
¿Alguna vez te pasó que sentiste que nunca ibas a poder perdonar a alguien? Creo que a todos les ha pasado. Tal vez tu amigo habló de ti a tus espaldas, un miembro de tu familia
dijo algo cruel o la persona con la que salías te engañó. No importa cuán indulgente seas con una persona, a veces se siente demasiado difícil dejar de lado las maneras en que las personas te han herido. Sin embargo, todos hemos cometido errores. Ninguno de nosotros hace lo correcto siempre, sin embargo, Dios está
siempre está listo y dispuesto a perdonarnos sin importar lo que hagamos o cuántos errores cometamos. Y así como Dios nos perdona, debemos perdonar a los demás. No digo que sea fácil, y a menudo el perdón necesita tiempo, pero debemos tratar de dar gracia y mostrar amor a los demás. Jesús murió en la cruz para que nuestros errores pasados no nos definan, para que podamos tener un nuevo comienzo, que fue el máximo acto de perdón.
Como hemos sido tan grandemente perdonados, podemos perdonar a los demás cuando nos hagan daño.
Hoy, dedica un tiempo a agradecer a Jesús por el perdón, y por su ayuda para perdonar a los demás.
Escritura
Acerca de este Plan

Está bien, has perdonado, pero ¿cómo puedes saber si está funcionando? El dolor, la frustración o la confusión siguen siendo muy reales y "ellos" nunca dijeron realmente que lo lamentaban. Puede resultar dulce permanecer amargado. Pero tal vez haya una mejor respuesta. Aprenderemos cómo, cuando no perdonas, te duele, que todos necesitan perdón y cómo está bien que la curación no siempre ocurra de la noche a la mañana.
More
Nos gustaría agradecer a reThink Group por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://orangestudents.com/
Planes relacionados

Un Nuevo Comienzo

Lazos De Amor

Proyecto Biblia | Sermón del Monte

Buscando a Dios, No Aprobación

Permiso Concedido

The Chosen + Proyecto Biblia | Plan De Lectura De La Temporada 1

Huellas en El Polvo: Reflexiones Para Peregrinos

Liderando en la incertidumbre

De Amarga a Bendecida: La Redención De Noemí
