El FundamentoMuestra

Reajustando las Expectativas

Piensa en lo que te haría feliz en cuanto a tu relación matrimonial. ¿Saber que Dios te envió este hombre o mujer, que es perfecto/a para tí, te hace feliz? ¿Es tu cónyuge suficiente para tí? Desde la expectativa de fantasía matrimonial, la respuesta a estas preguntas debería ser sí. Pero desde la perspectiva realista, la respuesta es no.

Hubo un tiempo en nuestro matrimonio en el que ambos caímos en la falacia de hacernos felices el uno al otro. Con el paso del tiempo, eso nos estaba matando. Íbamos directo al fracaso. Hasta que finalmente nos dimos cuenta de que nuestras expectativas habían sido irrealistas. De seguro que fracasaría en mi matrimonio, si Nancy esperaba que yo la completara—que la hiciera feliz.  Hay veces que la hago feliz, pero no todo el tiempo. Soy humano y cometo muchos errores. A veces lo logro y a veces me equivoco.

La realidad es que el cónyuge no está diseñado para satisfacer cada necesidad—ese lugar ya está ocupado por Dios. Poner la expectativa que Nancy satisfaga todas mis necesidades la llevará al fracaso. Pero si permito que Dios satisfaga todas las necesidades que Él sabe que tengo en mi vida; entonces eso dará lugar a Nancy para que ella satisfaga las necesidades que Él ha diseñado para satisfacer en mi vida. ¡Eso sí funciona! Es la manera que Dios diseñó

Desafío de Hoy: Piensa en lo que puedes hacer hoy para empezar a permitir que Dios satisfaga las necesidades de tu vida que Él quiere satisfacer.

Profundiza:

1. En tu matrimonio, ¿qué te haría feliz?

2. ¿Cuáles son las expectativas que tienes de tu cónyuge en el matrimonio? Enuméralas y luego decide si son realistas o no.

3. ¿Cómo te afecta a ti y a tu cónyuge cuando este se equivoca?

4. ¿Cuál es la diferencia entre dejar que Dios satisfaga las necesidades que Él quiere en tu vida y esperar que tu cónyuge satisfaga todas tus necesidades?

5. ¿Cuál es tu primer paso para dejar que Dios satisfaga tus necesidades?