Las Buenas Dádivas De DiosMuestra

Gracia Infinita

“En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia” Efesios 1:7

Gracia, benevolencia, favor, regalo inmerecido, es uno de los aspectos más asombrosos y transformadores de la vida del carácter de Dios obrando en nuestro interior.

Que regalo tan inmenso ¡Somos salvos por gracia! 

El énfasis no debe ponerse en lo que hagamos nosotros por obtener su atención, sino en lo que Él ha hecho a favor nuestro como regalo inmerecido a través de Su hijo Jesucristo.

Desde el Edén, Dios ha elegido derramar gracia sobre nuestras vidas en lugar de ira y desprecio. A pesar de que una y otra vez, por alguna razón, hemos decidido por otros “amores o placeres”. Una y otra vez Dios demuestra la profundidad de su deseo por nosotros al darnos su misericordia. Para el desprevenido esto es escandaloso ¡Dios nos salva, sin condición! (Ef. 2:8-9, Jn. 2:15-17).

En la historia del hijo pródigo, el padre dejó de lado el castigo que le correspondía cuando el hijo volvió arrepentido a casa y en su lugar organizó una gran fiesta para que su hijo descarriado pudiera dimensionar el amor de su Padre bondadoso. No le recriminó. No lo hizo trabajar y pagar por su redención. Inmediatamente le ofreció perdón gratuitamente en gracia (Lc.15:11-32).

Y esto mismo es lo que Dios, tu Padre Celestial te ofrece hoy. No intentes pagar por tu propio pecado, procurando a tu manera “remediar las cosas” o destruir tu vida; vuelve a casa, Dios te perdonó aún antes de marcharte de su lado.

Tal vez te preguntes y ¿por qué Dios me ama de esta forma?

Bueno, porque la gracia te da el beneficio de comprender e identificar que hay de grandioso en ti y a la vez descubrir que hay de feo u oscuro en ti. La gracia permite al final reconocer cuan necesitado eres de la bondad y misericordia de Dios.

Tal es la gracia de tu Padre celestial que no hay una sola cosa entre tú y Él que ya no haya sido cubierta por la sangre de Jesús en el madero de la Cruz.