Un Repaso de la Oración del SeñorMuestra
¿Quién es Dios?
En Lucas 11:2, Jesucristo establece, al principio mismo, a quien oramos.
En este verso, nos damos cuenta de que Jesucristo no dice «Padre Mío» sino «Padre Nuestro.» Ésto es importante. Por supuesto, Jesucristo fue y es el Hijo unigénito del Padre. Pero cuando le aceptamos – haciéndonos co-herederos en su Reino por medio de adopción espiritual – Dios se hace nuestro Padre también. (Romanos 8:15)
Después, Jesucristo enfatiza la santidad del Dios a quien oramos. El nombre de Dios se describe, en la traduccion griega original, como «sagrado,» en el sentido de que sea bendito, venerado, y respetado como el nombre que es sobre todo nombre. Este «sagrado» prestigio se asevera en reiteradas ocasiones en las Sagradas Escrituras, ambos en el Antiguo Testamento (1 Samuel 2:2; Isaías 6:3) y en el Nuevo Testamento. (1 Pedro 1:16)
Cuando oramos, debemos orar en reconocimiento de que todopoderoso sea Nuestro Padre Dios. Nuestras oraciones nos permiten acercarnos al trono del Altísimo: el Creador del universo entero. (Hebreos 11:3) ¡Que increíble! Además, este «sagrado» Dios todopoderoso nos escucha y las oraciones nuestras. (2 Crónicas 7:14) Todo eso debería quedarnos impresionados y darnos una lección de humilidad.
Acerca de este Plan
Cuando solo memorizamos y repetimos las Sagradas Escrituras – tal como la Oración del Señor – sin revisar o volver a analizarlas, arriesgamos a no entender el contexto de las palabras de Dios o bien a no reconocer su uso en nuestras vidas. A lo largo de los próximos siete días, evaluaremos las palabras y el propósito de Jesucristo en el evangelio de San Lucas 11:1-4.
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Nos gustaría agradecer a Mike P. por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: http://www.discovercrosspoint.net/