El Trabajo Es Un Don De La Gracia Muestra

Bendecimos a la iglesia

Trabajar es una bendición. Con el excedente del trabajo, se pueden satisfacer las necesidades de otros. Cuando no hay un desbordamiento de tu trabajo, otros pueden ayudar a satisfacer tus necesidades. Dios se preocupa por los necesitados. A lo largo del Antiguo y del Nuevo Testamento, el amor de Dios por los desafortunados está bien documentado. Cuida de las viudas, los huérfanos y los pobres. Él desea que nosotros también lo hagamos. Nuestro trabajo es una vía a través de la cual podemos bendecir a otros, así como Dios nos bendice continuamente. 

La misión del apóstol Pablo cercana a su corazón era la iglesia. A través de nuestro trabajo, podemos cuidar a la iglesia y el ministerio que emana del cuerpo de Cristo. En 1 Tesalonicenses 2:9, Pablo escribió: «Recordarán, hermanos, nuestros esfuerzos y fatigas para proclamarles el evangelio de Dios, y cómo trabajamos día y noche para no serles una carga». Pablo argumenta que su trabajo y esfuerzo fue por el bien del evangelio, el trabajo de la iglesia, para compartir las buenas nuevas de Cristo. El trabajo nos proporciona una forma de apoyar la obra de Dios y de la iglesia. Pablo no quería ser una carga para la iglesia. 

Vemos el amor de Pablo al compartir el evangelio y expandir la iglesia a través de sus cartas. En su carta a los Filipenses, les agradece su apoyo a su trabajo en favor del evangelio, que continuó incluso mientras estaba en prisión. Se sintió muy animado porque esta iglesia se preocupó no sólo por su bienestar financiero, sino también por su angustia emocional por su encarcelamiento. La iglesia le apoyó desde el principio. Su apoyo fue de gran ayuda para suplir sus necesidades. 

La prueba más contundente de que nuestro trabajo es un don de la gracia es la bendición que conlleva para nosotros y para los demás. Así es como funciona la economía de Dios. Él tiene gracia con nosotros y luego nosotros extendemos gracia y compartimos las bendiciones de esa gracia. Qué hermoso es saber que podemos compartir esta gracia que viene de la abundancia de nuestro trabajo. El trabajo es un buen regalo de la gracia de Dios. Nuestro trabajo nos da la oportunidad de apoyar a la iglesia en nuestra comunidad y en todo el mundo. El cuerpo de Cristo apoyando el trabajo del cuerpo de Cristo: eso es gracia.