El Pacto del Amor de DiosEjemplo

" Entrar en la presencia de Dios " Hebreos 10.19-25
Entonces, hermanos,
puesto que tenemos confianza
para entrar al Lugar Santísimo
por la sangre de Jesús,
por un camino nuevo y
vivo que El inauguró para
nosotros por medio del velo, es
decir, su carne, y puesto que tenemos un
gran sacerdote sobre la casa
de Dios, acerquémonos con corazón
sincero, en plena certidumbre
de fe, teniendo nuestro corazón
purificado de mala conciencia
y nuestro cuerpo
lavado con agua pura.
Mantengamos firme la
profesión de nuestra esperanza
sin vacilar, porque fiel
es el que prometió;
y consideremos cómo estimularnos
unos a otros al amor
y a las buenas obras,
no dejando de congregarnos,
como algunos tienen por
costumbre, sino exhortándonos
unos a otros, y mucho más
al ver que el día se acerca.

Debido a que hemos descubierto
y recibido el amor de
Dios por medio de Jesucristo,
tenemos entrada hasta la presencia
misma de Dios por medio
de la oración. Jesús es
nuestro gran sumo sacerdote
que ha hecho que cada creyente
sea aceptable ante Dios
a través de su sacrificio en la
cruz (vers. 19-20). A causa de
esto, podemos estar seguros
que nuestros pecados han sido
perdonados y que ahora nuestro
amoroso Padre Celestial
nos invita a que nos acerquemos
para tener compañerismo
con El (vers. 21).

Este compañerismo con
Dios también nos pone en relación
con otros creyentes. La
iglesia es el medio que nuestro
Señor Jesucristo ha establecido
para que nosotros ministremos
y seamos ministrados en
comunión con otros en su cuerpo.
En la iglesia expresamos
nuestro testimonio consistente
(vers. 23). Somos amonestados
a retener la confesión de
nuestra esperanza o fe. Esto
significa que debemos vivir y
compartir nuestras esperanzas
en el amor y gracia de Dios con
otros. Nuestro testimonio permanece
más fuerte cuando
junto con otros compartimos
las Buenas Noticias, por medio
de la iglesia.

La iglesia es el mejor lugar
para el cuidado compasivo y
mutuo de los creyentes (vers.
24). En la iglesia nos alentamos
mutuamente a crecer en
nuestra relación de amor con
Dios. También nos estimulamos
unos a otros para hacer
las obras de gracia que Dios
ha planeado hacer en nosotros
(Efesios 2:10).

El propósito de la iglesia es
adorar en grupo. En Hebreos
10.25 se nos enseña que no
debemos dejar de reunirnos.
La palabra original para “dejar”
es la misma que Jesús usó en
la cruz cuando dijo: “Dios mío,
¿porqué me has abandonado?”,
y significa lo mismo que
dejar. No debemos abandonar
la reunión de la familia de Dios:
la iglesia. La mejor manera
para que un creyente en Jesús
crezca en el amor y la gracia
de Dios es por medio de participación
activa en la iglesia.

La iglesia le estimulará. La
iglesia le ayudará a aprender a
orar y a estudiar las Escrituras.
La iglesia mejorará nuestro
testimonio. Determine usted
ahora dejar que el Espíritu
Santo le dirija a una iglesia
donde la Palabra de Dios es
predicada y enseñada. Bautícese,
y sea parte de una congregación
de creyentes.

Participe en la iglesia, y
crecerá. Cuando haya estudio
bíblico en su iglesia, ¡preséntese!
Cuando su iglesia adore,
¡preséntese! Cuando la iglesia
ore, ¡ore! Cualquier cosa que la
iglesia haga como expresión
de testimonio, ¡preséntese!
Usted crecerá en la gracia y el
amor de Dios al participar en la
iglesia de Dios.

Para continuar su camino en
el pacto del amor de Dios, comience
a leer el Evangelio de
Juan.