¿Dónde Quedó El Pacto?Muestra

¿Dónde Quedó El Pacto?

Algunos hombres y mujeres olvidan fácilmente el pacto que una vez hicieron ante Dios al unir sus vidas en el amor que en ese momento los llevó a tomar tan delicada decisión.

Puedo notar a mi alrededor tanto hombres como mujeres llevados por sus pasiones juveniles, viviendo como jóvenes desenfrenados, llevados por la satisfacción de sus pasiones e instintos sexuales. Pienso también en esos hombres y mujeres que están en sus hogares cansados de vivir al lado de una persona que lo único que ofrece es tristeza y dolor, hombres y mujeres que una vez creyeron que al unir sus vidas a esa persona que eligieron iban a ser felices para siempre. Hombres y mujeres que quizá dan de sí lo mejor que tienen, esperando recibir en retribución aquello que recompensaría toda su entrega y dedicación.

Es muy triste ver el vacío de Dios en muchos hogares, hombres y mujeres a merced de su propio desconocimiento de Dios, del desconocimiento de Dios que tiene su pareja y del desconocimiento de Dios que ejerce el mundo. Es difícil que un matrimonio se sostenga en condiciones como estas; sin Dios en el hogar, es como un barco sin timón, y peor aún, sin capitán, fácilmente se hundirá. Un hogar sometido a la maldad y la perversidad que ejerce la oscuridad del pecado y de este mundo, es un hogar destinado a la destrucción.

Cuando estamos frente a Dios jurándonos amor eterno como matrimonio prometemos estar juntos en las buenas y en las malas, en la alegría y en la tristeza, en la riqueza y en la pobreza; prometemos sernos fieles y leales. ¿Dónde quedó el pacto? ¿Sigue vigente o se nos olvidó?

Si sigue vigente significa que estamos cimentados en el compromiso que hicimos obedeciendo en unidad los mandamientos de Dios, andando y perseverando juntos en el camino que Él ha trazado para nosotros como matrimonio; pero principalmente, como hijos suyos, redimidos por Jesucristo, avanzando en sus propósitos acorde a los beneficios que tiene preparados para nosotros en la eternidad y para los cuales nos estamos preparando en unidad.

Si el pacto no está vigente, significa que no solamente lo hemos olvidado sino que también hemos olvidado frente a quién lo hicimos; o tal vez, nunca nos detuvimos a pensar frente a quién lo estábamos haciendo porque en realidad nunca lo hemos conocido. Simplemente fue un ritual religioso en el que Dios jamás estuvo presente. 

Si conocemos a Dios es porque somos sus hijos, conocemos su Palabra y si conocemos su Palabra, por amor a Él vamos a querer obedecerla, porque sólo así se puede garantizar la prosperidad que tanto necesita nuestra alma y que indefectiblemente necesita un matrimonio para sostenerse firme en el pacto realizado ante Dios, para mantenerse en bendición.