Abrumada Por Mis Bendiciones (Parte 10)Muestra

Pedazos rotos

Quizás hoy estás desanimada por este trabajo de crianza. No tienes idea de cómo lidiar con ese niño que llegó sin manual de instrucciones. Averiguar cómo manejar las rabietas, los arrebatos, los lloriqueos y las quejas, es demasiado.

¡A menudo los arrebatos son nuestros! Lo entiendo. A veces perdemos nuestra compostura por completo.

Toma una respiración profunda. ¿Adivina qué? Ninguna mamá sabe realmente lo que está haciendo.

Claro, ves la publicación en las redes sociales que muestra la hermosa imagen con todos los niños sonrientes con sus atuendos perfectamente limpios y a juego con la linda decoración del hogar de fondo. Pero vamos, todos sabemos que a menudo esa no es la verdadera realidad del día de nadie.

Nuestros hijos cambian y evolucionan a diario con muchas emociones, actitudes y, a menudo, hormonas furiosas. No estamos preparadas y nos sentimos ineficaces y no calificadas, no importa cuánto tiempo hayamos estado en las trincheras de la crianza de los hijos.

La buena noticia es que, si bien es posible que no tengamos un manual de crianza para cada uno de nuestros hijos únicos, sí tenemos un instructor con una excelente guía. Si elegimos pasar tiempo con Él todos los días, aprender Sus caminos, Sus pensamientos y apoyarnos en Él, ¡Él nos transformará! Con un corazón y una mente renovados, podemos aprender a lidiar con esas rabietas, ¡las de ellos y las nuestras! Como Él nos enseña, les enseñamos.

¿Cometerás errores? Ciertamente. Yo lo hice. Todas lo hacemos. Afortunadamente, Él no está buscando padres perfectos o mamás perfectas. Él simplemente está buscando corazones dispuestos a traerle nuestros problemas, ponerlos a sus pies y pedirle que tome todas las piezas rotas y las haga nuevas. ¡Lo hará, y lo hace!

Los pedazos rotos son Su especialidad.

Oh Padre, sabes que siento que estoy haciendo un desastre con este asunto de la maternidad. Nunca me imaginé lo difícil que sería elegir el amor, dar gracia y callar. Ahora mismo, traigo todas las piezas de las relaciones que estoy tratando de construir con mis hijos y las pongo a Tus pies, una ofrenda de completo quebrantamiento. Te pido que tomes mis esfuerzos fallidos y mi decepción conmigo misma, y lo conviertas en algo que te agrade. ¿Me recordarás gentilmente cuando salga de Tu gracia y trate de ser madre con mis propias fuerzas? Sé que no puedo hacerlo sin ti. Por favor, dame un vistazo de ti en el trabajo hoy. ¡Espero tu bondad!