La Importancia de la OraciónEjemplo

Semana 1 - Día 2

Acércate a Dios con Confianza

Lectura: Hebreos 4:15–16

DEVOCIONAL: Hebreos 4:16

"Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia en el momento en que precisemos de su ayuda."

En el sistema de sacrificios israelita, el sumo sacerdote era un defensor del pueblo.El sumo sacerdote se lavaba a sí mismo primero, haciendo sacrificios por sus propios pecados.Luego, iría al templo en nombre del pueblo, haciendo un sacrificio por todos sus pecados.Él era el representante de la asamblea, ofreciendo sacrificios a Dios para que toda la nación fuera limpiada del pecado.

Jesús es nuestro Sumo Sacerdote.A diferencia de los sacerdotes del Antiguo Testamento, Jesús nunca pecó.Solo Él puede ofrecer un sacrificio duradero por nuestros pecados porque Él mismo no tuvo pecado.Aunque no pecó, Él puede sentir empatía por nuestras debilidades porque se hizo humano.Al humillarse y asumir la humanidad, Jesús puede ser un Sumo Sacerdote en nuestro nombre.Él es el representante nuestro, el abogado que va ante Dios.

Debido a Su sacrificio, no tenemos nada que temer.Podemos acercarnos a Dios con confianza, sin importar lo que hayamos hecho.Nuestros pecados son perdonados y nuestra relación con Dios se restaura.Nuestro Sumo Sacerdote va delante de nosotras, ofreciéndonos gracia y misericordia porque conoce nuestras debilidades.Tenemos una invitación abierta a acercarnos a Él, especialmente en nuestras debilidades y fallas.

¿Estás aprovechando el privilegio que tienes de correr hacia Dios en oración?¿Le rindes tu gozo, dolor, luchas y ansiedades, confiando en que Él es el único que puede mover montañas por ti?¿Comenzarías hoy a compartir todo lo que estás experimentando, bueno y malo, con el Señor en oración?

Oración

Padre, te agradezco por enviarme un Salvador, porque necesitaba ser rescatada y lo sigo necesitando todos los días.Cuando mi instinto sea huir de Ti, cuando me incline a esconderme de Ti, cuando mi impulso sea mentirte, recuérdame que conoces mis debilidades íntimamente y que tienes compasión y misericordia reservadas en abundancia para mí cuando vengo humildemente a Tu trono y pongo todo a Tus pies.En el nombre de Jesús, amén.