La Importancia de la OraciónEjemplo

Semana 2 - Día 2

Reconcíliate con los Demás

Lectura: Mateo 5:17–24

DEVOCIONAL: Mateo 5:23–24

"Por tanto, si traes tu ofrenda al altar y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí mismo, delante del altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y después vuelve al altar y, entonces sí, presenta tu ofrenda."

Los versículos de hoy están en medio del discurso que Jesús dio cuando estaba cerca del mar de Galilea, llamado el Sermón del Monte. A través de este discurso Jesús explicó muchas cosas, incluyendo la manera en la que la ley había sido malinterpretada y mal aplicada. Si bien Dios le había dado la Ley a Moisés, incluidos los Diez Mandamientos, instrucciones específicas para los sacrificios y más de seiscientas otras leyes individuales para vivir como el pueblo de Dios, los sacerdotes y maestros de la ley habían creado su propia versión de lo que era correcto e incorrecto.

En el Sermón del Monte, Jesús señaló varias situaciones. Los fariseos y expertos de la ley querían creer que ellos eran justos, pero Jesús les mostró que la justificación proviene del corazón y no de las acciones. Si bien algunos de los maestros de la ley podían haber parecido justos por sus acciones, sus corazones estaban lejos de Dios.

En el momento en que Jesús pronunció el Sermón del Monte, todavía se practicaban sacrificios en Israel. Jesús explicó que si alguien venía a ofrecer una ofrenda o sacrificio a Dios, pero tenía algo en contra de otro, o alguien tenía algo en su contra, necesitaban dejar su ofrenda, reconciliarse y luego regresar para presentarla. Lo que le importa a Dios es la condición de nuestro corazón, no la apariencia de nuestras acciones.

La oración es lo mismo. Tiene poco que ver con nuestra apariencia, nuestra posición o nuestras palabras. Se trata de nuestros corazones. Si albergamos celos, ira o descontento hacia alguien cuando oramos, no está oculto para Dios. Necesitamos estar seguras de haber intentado reconciliarnos con los demás, encomendando el resultado a Dios.Nuestros corazones son lo que a Él le importa.Cada vez que nos acercamos al trono de Dios, ya sea en alabanza o en petición, es la condición de nuestro corazón lo que más importa.

Oración

Padre, confieso que tengo rabia contra un hermano o una hermana. Ayúdame a ofrecerles perdón y guíame para llegar a una resolución. Muéstrame las formas en las que mi corazón puede estar lejos de Ti cuando vengo a Ti en oración. Anhelo que mi corazón esté alineado contigo todos los días.En el nombre de Jesús, amén.