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No culpes a la playa

DÍA 1 DE 5

"Azul como el mar azul"

Hay muchos datos científicos sobre el mar, como su extensión (¡2/3 del mundo es agua!) y los abismos tan profundos como las montañas más altas. Sin embargo nada se compara con experimentar el mar en primera persona: ver sus colores verdes-azules, oler la brisa marina, sentir sus frescas olas en nuestros pies…

El mundo que nos rodea es una maravilla. Hay cosas imponentes que notamos cuando viajamos, como ser el océano, los lagos y ríos, las montañas, las campos verdes que parecen interminables, el cielo estrellado de una noche despejada… Pero también las cosas de todos los días son hermosas: la salida del sol, los árboles, las flores, los pájaros, el “olor a lluvia”, la brisa fresca de la tarde.

“Sin palabras, sin lenguaje” los elementos de la naturaleza “cuentan la gloria de Dios” y “proclaman la obra de Sus manos” (Salmo 19:1-3). Experimentar el mundo a través de nuestros sentidos nos lleva a pensar en el Creador. No es necesario razonar ni hacer cálculos, sólo ser observadores de lo que nos rodea. Meditar en la creación es la forma más fácil de encender nuestra fe y conectarnos con el Señor. Es un recurso que todos tenemos a mano, aún los que nada saben de religión.

Podemos conocer características de Dios entrando en contacto con la creación: “las cualidades invisibles de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que él creó” (Romanos 1:20). ¡Hay que aprovechar este recurso!

La naturaleza también es una muestra del amor del Señor pues ¡está hecha para nosotros, para nuestro beneficio, para que la disfrutemos! (Salmo 8:6)

En este tiempo de descanso quiero proponerte que te vuelvas “consciente” de lo que te rodea, que dejes de mirar-sin-ver y te concentres en algún aspecto de la creación. Mirar fijamente las nubes que viajan en el cielo y van cambiando de forma… o concentrarse en el pasto a tus pies y en esa pequeña hormiga que pelea contra esa mini-jungla verde. Despertemos nuestros sentidos para ver, oír, tocar, oler el mundo maravilloso creado por Dios.

Tomate ahora mismo ese momento para concentrarte en la obra de Dios, en forma directa y sin intermediarios. Puede ser una planta en una maceta o un desierto de arena sin fin… donde estés, encontraras evidencia de ese Señor amoroso que desea estar cerca tuyo y tu fe se va a encender.

Día 2

Acerca de este Plan

No culpes a la playa

Las vacaciones pueden ser la excusa perfecta para descuidar nuestra vida espiritual. Te propongo invertir unos pocos minutos durante cinco días de tus vacaciones para que tu interior salga tan renovado como tu cuerpo luego del merecido descanso.

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Nos gustaría agradecer a Ríos de Vida Quilmes por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.riosdevida.com/