Cuatro Atributos De Las Amistades Que Honran a Dios Muestra

Ánimo

Para ser buenos amigos piadosos, debemos sacrificarnos por los demás, ser leales y alentadores. Jonatán animó a su amigo David recordándole la promesa fidedigna que el Señor le había hecho antes. Le dijo a David: «Serás rey de Israel». Lo animó cuando más lo necesitaba.

A veces tenemos que recordar las promesas de Dios o necesitamos que alguien nos recuerde: «Dios te ayudará a superar esta prueba». «Dios te librará». «Irás al cielo cuando mueras, si has confiado en Jesucristo». «Jesús proveerá para ti». «Jesús escucha tus oraciones». Esto se llama fe. Necesitamos estímulo en nuestra fe.

Todos necesitamos amigos que nos animen cuando más lo necesitamos, que nos recuerden no tener miedo, que sigamos caminando, que sigamos adelante. ¿Eres un alentador? ¿Soy una persona conocida por dar ánimo a los demás? Espero que lo seamos. Muchos de nosotros no estaríamos haciendo algunas de las cosas que hacemos si alguien no nos hubiera animado a hacerlo, creyendo en nosotros, animándonos. Los alentadores marcan una gran diferencia en tu vida. Todos necesitamos ánimo en nuestra vida.

Según una encuesta de Cigna Health, la soledad está haciendo estragos en nuestro mundo. La soledad tiene el mismo impacto en la mortalidad que fumar 15 cigarrillos al día. Es incluso más peligrosa que la obesidad. Más de la mitad de los estadounidenses dicen sentirse solos, incluso cuando están rodeados de otras personas. El 46% dice que siente que nadie le conoce bien. El 36% cree que no hay nadie a quien pedir ayuda. Casi uno de cada cinco dice que no tiene a nadie a quien recurrir o con quien hablar.

Jesús era un alentador. Nos dijo que fuéramos fuertes, que tuviéramos valor, que no tuviéramos preocupaciones ni miedo. Y, como Jesús, todos podemos ser alentadores. Nunca es un mal momento para animar a la gente. Anima a alguien que te esté sirviendo la comida y observa cómo se le ilumina el rostro. Dile a alguien que hoy está muy guapo. Sé un alentador y deja que eso sea un testimonio de Dios en tu vida y a través de ti. En lugar de estarte quejando, sé un alentador. Piensa en las personas que te animan y en lo mucho que significa para ti.

Mi oración es que te pongas como meta animar a los que te rodean: tu familia, tus amigos, tus vecinos, tus compañeros de trabajo, la gente que conoces, en el supermercado, en cualquier lugar, en cualquier momento. Como lo fue Jonatán para David, como lo fue Bernabé para Pablo, como lo fue alguien para mí y como lo serás tú para alguien más: sé un alentador.