Involúcralos a ti.

Hace poco, alguien me contó una parte de su viaje misionero a Cuba. En el equipo había una mujer nueva, no sabía mucho, por no decir nada de la Biblia. Por lo que una persona del equipo dijo "¿A qué vas si no sabes?”

La mujer tenía el deseo de ir, sólo llevaba una máquina de coser, es lo que sabía. Otra persona del equipo se ofreció más que a aceptarla, a pagar su viaje. Al llegar allá, una mujer le dijo: "había orado años que alguien viniera a enseñarme a coser."

Desde los tiempos de Jesús ya existía la idea de "solo somos pocos los que sabemos y podemos." Se necesitaba saber mucho para acercarse a Dios o estar involucrado en sus actividades.

Me gusta la imagen de Jesús predicando en una barca olorosa a pescado, pidiéndole a Pedro, alguien que no terminó la escuela (no sabía ni un texto bíblico) que le ayudara a mover su "santo púlpito" más al mar, y yéndose a pescar con él. Es impactante saber que Pedro murió crucificado de cabeza, por el mensaje del Evangelio.

¿Qué pasaría si involucramos a más personas? ¿Y si empezamos a creer e invertir en más personas?

Ni siquiera podemos imaginar lo que puede suceder cuando involucramos a otros.