¿Fuerza De Voluntad, O Fuerza en Su Voluntad?Muestra
Lo que aborrezco, eso hago.
Seguro que has tenido en tu vida muchas veces la lucha entre lo que querrías que pasara y lo que haces en realidad:
- Queremos perder peso, pero seguimos comiendo lo que no debemos.
- Deseamos estar en forma, pero no hacemos deporte, porque nos cuesta y “no tenemos tiempo” (que en realidad, si somos honestos, significa “No es prioritario para mí”).
- Alguien quiere dejar de fumar, pero prefiere no decírselo a nadie, para sentirse en más libertad (de seguir haciéndolo, por cierto, si no es capaz de mantener sus intenciones).
Igual sucede en nuestra vida cristiana, en que SABEMOS lo que debe suceder en nosotros, a qué modelo imitar, cómo debe ir transformándose nuestro carácter, pero dista mucho de lo que HACEMOS en realidad.
La clave es que no lo hacemos nosotros, ni mucho menos solos o en nuestras fuerzas. Como reflexionaremos próximamente en este plan, en el mejor de los casos podemos ser incluso buenos oidores –nuestra crisis no suele ser informativa– pero no terminamos de ser transformados y concretar lo escuchado en acciones de cambio.
En nuestro fuero interno sabemos, si somos sinceros, que no tenemos una gran voluntad, y que cuando la ponemos en marcha, no suele llevarnos hacia el camino correcto.
Pablo lo explicaba muy bien en el texto que hoy consideramos. El mal está en nosotros mientras estemos en este “cuerpo de muerte” (Romanos 7:24) y, como el propio Jesús nos recordaba, no viene de fuera, sino de nuestro propio corazón. (Mateo 15:18-19).
No entendemos por qué hacemos lo que hacemos, pero es una ley inapelable. La gran cuestión es si hay remedio, si hay algo que podamos hacer o, más bien, hemos de resignarnos y dejar de pelear esta batalla.
Pablo lo aborda de forma magistral: “...lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a Su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne” (Romanos 8:3). En Cristo y Su victoria está nuestra fuerza. En ningún otro lugar, en ningún otro nombre.
Acerca de este Plan
Si con algo hemos luchado todos alguna vez es con nosotros mismos por nuestra escasa fuerza de voluntad. ¿Podemos creer realmente en este concepto? ¿O más bien la Palabra nos arroja luz en otra dirección, en la de nuestra incapacidad por nosotros mismos, pero en un tremendo fortalecimiento y posibilidades cuando partimos de SU voluntad? Explorémoslo juntos en este plan a través de varios pasajes de las Escrituras.
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Nos gustaría agradecer a Lidia Martín por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.lidiamartin.com/