El Punto PrincipalMuestra

¿Alguna vez tuviste un juguete cuando eras niño con el que estabas muy entusiasmado por jugar? Pero tan pronto como lo abriste, ¿te sentiste decepcionado porque no venía con las baterías necesarias para que funcionara? ¡Eso es muy frustrante! La buena noticia es que los regalos de Dios no son así. Los regalos que Dios nos da pueden experimentarse plenamente de inmediato. La calma del agua cuando estamos estresados, el calor del sol para alegrar nuestro estado de ánimo, el consuelo de un abrazo cuando estamos tristes o asustados: los regalos de Dios nos rodean y están disponibles siempre que los necesitamos. ¡Son regalos que también pueden fortalecer nuestra fe!

Hoy, sal y observa las imágenes y los sonidos a tu alrededor. Reflexiona sobre dónde ves o escuchas los regalos de Dios a tu alrededor.