El Arrebatamiento De La IglesiaMuestra

En la espera (El Rapto)

¿Qué es esperar? El diccionario define como verbo transitivo el esperar, como tener esperanza de conseguir lo que se desea, creer que ha de suceder algo, especialmente si es favorable.

Permanecer en sitio adonde se cree que ha de ir alguien o en donde se presume que ha de ocurrir algo, en pocas palabras es tener la convicción de que algo va a ocurrir, nosotros como seguidores de Cristo tenemos que saber esperar en Dios y no siempre es fácil hacerlo, ya que a veces consideramos que Él debe hacer lo que nosotros queremos, pero olvidamos que todo esta bajo su control y que Él sin importar la situación tiene planes para bien y no para mal, Él se preocupa por nosotros, somos su creación perfecta y cuando esperamos en sus tiempos todo obra para bien, solo debemos cumplir siguiendo su palabra y su voluntad será reflejada en nuestra vida.

En la palabra se nos habla de que hubo y siempre habrá personas incrédulas o que ignoran todas las promesas que Dios nos dejó, se reirán y nos intentarán hacer dudar desde su propio entendimiento y su propia concupiscencia de la segunda venida de nuestro señor Jesucristo, ya que ellos están cegados por las cosas que ofrece el mundo, en borracheras, fornicación, envueltos en mentiras, llenos de avaricia y codiciosos y dan por hecho que como siempre se ha escuchado de rumores de guerra y acontecimientos “apocalípticos” como lo fueron las guerras mundiales en esos tiempos, por tomar un ejemplo; afirman que Jesús no vendrá por su iglesia y que esta promesa de que vamos a ser raptados hacia el cielo para reunirnos con Él en el paraíso solo es una historia de cuento de hadas.

En segunda de Pedro capítulo 3 versículo 9 se nos dice que “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”. Nunca debemos ignorar todo lo que está escrito, porque así como Jesús enfrento al enemigo en el desierto, así mismo nosotros tenemos que recordar y meditar en sus promesas, puesto que sabemos que Dios es paciente porque no quiere que nadie se pierda, sino que alcance misericordia, que cambiemos nuestro entendimiento, nuestra forma de hablar, que entreguemos por completo nuestra vida a Él, que añoremos más estar en la presencia de Dios y su Reino que lo terrenal, lo que perecerá, lo que se lo comerá la polilla, recuerda que lo que pasa en este mundo es diminuto y pasajero, más en la eternidad es infinito, nunca acabará, imagínate cuan hermoso sería tener algo que te haga sentir completo y amado todos los días, pues así será cuando estemos ante la presencia de nuestro Padre, todos los regalos del cielo y el amor y la paz que solo Él puede darle a nuestra alma; Dios es un juez justo, el arrebatamiento de la iglesia no está retardado, ya que se dará en el tiempo indicado.

Tienes que estar alerta, velando y orando en todo tiempo, no dejes que tu relación con tu Padre se enfríe, persevera, ¡NUNCA TE RINDAS!

Seamos como las vírgenes sabias, de las que habla la parábola en la biblia en Mateo capítulo 25, donde se nos dice que hay 10 vírgenes, 5 eran prudentes y las otras 5 eran insensatas, es decir eran incrédulas, no creían que el tiempo de la llegada de su esposo estaba cerca y cuando llegó, sus lámparas estaban apagadas y no se dieron cuenta cuando la puerta ya estaba cerrada.

Hay personas que igual a las vírgenes insensatas, se cansarán de esperar, o estarán dormidas (espiritualmente) o no tendrán aceite para encender su lámpara, es decir, su espíritu estará lejos del Creador, su amor se enfriará y apagará la llama en la lámpara por cuanto aborrecieron la palabra de Dios, y cuando quieran regresar a tocar la puerta del esposo, en este caso Jesús, Él les dirá, “de cierto os digo, que no os conozco” (Mateo 25:12) Incluso nuestra familia, pareja o amigos hasta nuestra misma iglesia, nuestros hermanos en fe verán esas promesas como tardías, pensando que todo lo que se esforzaron fue en vano, y algunos volverán a sus viejas andanzas, volviendo de donde Dios los sacó, entregándose nuevamente al pecado, a todo lo que no glorifica al Padre, y no arrepintiéndose sino despreciando el regalo más grande, que más que la salvación y los regalos en los cielos, es el amor eterno del Padre.

Recuerda siempre que seguimos y creemos en Dios, no por salvarnos o por el temor de ser castigados en el infierno, sino porque valoramos el que alguien fue sustituto, alguien que no merecía morir, ese alguien es Jesús de Nazaret, Él decidió morir por amor a nosotros, murió por una deuda que no podíamos pagar, porque estábamos condenados a morir, porque nada de lo que pudiéramos dejar de hacer o empezar a hacer para pagar esa deuda era suficiente, Él fue el único Dios que se humilló así mismo para salvarnos, ni Alá, ni Mahoma, ni Buddha ni ningún dios falso de este mundo como los que mencioné, podrá reemplazar la verdad absoluta, el único camino, la verdad y la vida es Jesús.

Te invito a no desfallecer, a buscar y permanecer en los ríos de agua viva, estamos llamados para la eternidad, nuestro corazón anhela estar al lado de su Creador, seamos como Noe, que por su fe obedeció, estuvo alerta a todo lo que le dijo Dios y fue contado como un pregonero de justicia y su salvación vino enseguida.

• Oración:

Señor en esta hora, me presento delante de ti, reconociendo que soy un pecador, que nada de lo que haga o deje de hacer es suficiente para borrar mi pecado, te entrego mi vida, reconozco que tu hijo Jesús en esa cruz me redimió de la muerte, borro todos mis pecados y soy más blanco que la nieve, creo que Él es mi señor y mi salvador, te pido que mi nombre sea escrito en el libro de la vida, te agradezco por cada etapa y desierto en mi vida, porque estas cosas me han enseñado que todo obra para bien, porque en todo momento tú has estado conmigo, te pido vivir contigo en la Eternidad, Amén y Amén.