Un Viaje Bien PadreMuestra

¿QUÉ HACEMOS? ¡SE APAGÓ LA FOGATA, SE VACIÓ LA HIELERA Y TENEMOS QUE RESTAURAR LA TIENDA!

Se conoce como fuego al calor y luz producidos por la combustión de elementos, el calor provoca una sensación de acogimiento, seguridad, de amor, mientras tanto la luz nos ayuda a ver con mas claridad el camino por donde andamos y además podemos guiar a otras personas, de ahí que si lo llevamos a la vida en pareja el calor es el afecto que muestra uno al otro; como un abrazo, un beso o el apoyo a través de las palabras. En Cantares se menciona que “las muchas aguas no podrán apagar el amor”, y cuando nos referimos a aguas, son esas circunstancias que hacen que en una pareja empiecen a manifestarse esos vacíos, desacuerdos, falta de comunicación, y en los hijos un rechazo, falta de perdón entre otros sentimientos. Por tal motivo, no debe apagarse esa llama ya que de lo contrario vendrá la oscuridad, el frío, el desánimo y en la familia se perderá esa guía, la fuerza y la unión.

Algo que como hijos es importante ver en papá y/o mamá es esa chispa, esa luz; es decir, las acciones o las palabras que se verán y oirán de ellos, como, por ejemplo: “hijo eres una persona inteligente”, “hija eres muy valiente” o “¡eres el mejor!”, ese abrazo espontáneo o ese beso en la frente, acciones que mantendrán al niño o niña, al adolescente o al joven dentro de la unidad familiar, rodeados de amor, seguridad y que a pesar de los tropiezos, diferencias o de la falta de alguno de los padres el amor cubrirá todo esto y más.

Otra prueba por la que cada familia pasa es cuando la hielera se vacía, es decir, cuando hay tiempos de escasez ya sea material o económico, pero estos tiempos no son malos, sino que nos ayudan a fortalecer a cada miembro de la familia, a desarrollar nuevas oportunidades, aun a descubrir capacidades como hijos, pero sobre todo a depender totalmente de Dios. Hay una palabra en las Escrituras que ayuda en estos tiempos donde a pesar de la falta de fruto, de aceite o alimento, con todo nos alegremos y nos gocemos en el Señor porque Él es nuestra fortaleza.

Jesucristo es el fundamento de una familia, porque guía, alimenta, ayuda, y fortalece en tiempos de angustia y su amor es bueno, no guarda rencor, todo lo sufre, todo lo soporta y todo lo espera. Hay veces que como hijos nos desesperamos, pero es importante recordar que nuestro Padre Dios probara sobre que se esta sobreedificando la casa, de tal manera que, al pasar por ese fuego, si la obra es sólida ese hogar permanecerá firme, porque Dios será ese muro de fuego en derredor.

Oración

Señor, permítenos entender a nuestros padres, que nuestro corazón sea paciente con ellos, amoroso, perdonador que entendamos sus necesidades y su cansancio, que podamos ser su ayuda cuando la necesite. Y como padres, enséñanos Señor a tener un corazón dispuesto a mostrar siempre esa dependencia de ti y a enseñarles a nuestros hijos que el amor que nos tenemos como padres nos une también como familia.