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Yahweh, El Dador De La VidaMuestra

Yahweh, El Dador De La Vida

DÍA 1 DE 3

Día 1: El Aliento de Vida

Un niño le preguntó a su padre: “Papá, ¿de dónde venimos?”. Este niño tenía la costumbre de hacer preguntas profundas.

El padre, de forma simple, respondió: “Venimos de Dios, nuestro Creador”. Podía leer la expresión de curiosidad en la cara de su hijo.

“Ves, en el principio, Dios hizo a todos los seres vivos. Al hablar, el mundo fue fundado.” El padre siguió diciendo: “Dios creó el cielo, el sol, la luna y las estrellas, los océanos, las plantas y todos los animales. Y, finalmente, en el sexto día de la creación, recogió polvo de la tierra y formó al primer hombre: Adán”.

Ahora, con plastilina en la palma de sus manos, moldeó un cuerpo y continuó: “Todos tenemos la imagen y semejanza de nuestro Creador, Sus huellas están sobre nosotros, como una escultura hecha por un gran artista”.

El niño continuó con su interrogatorio: “¡Mi maestra dice que cuando pintamos en la escuela, también somos artistas! Pero nuestras pinturas no cobran vida, papá.”

“No, no lo hacen. Y eso es lo que nos hace tan especiales, hijo. ¡Vivimos, nos movemos y tenemos el aliento de Dios en nuestros pulmones!”

“¡De ninguna manera!”, clamó el niño. “¿Cómo es que tenemos el aliento de Dios?”

“¡Él sopló el aliento de vida en la nariz de Adán! En el lenguaje bíblico, la palabra aliento puede significar espíritu, y el Espíritu nos da vida y sabiduría”.

El niño asintió con su cabeza y sonrió mientras inhalaba lo más profundo que podía diciendo: "Tengo el aliento de vida en mí". Presionó su pecho con ambas manos como si lo desinflara mientras exhalaba lentamente.

Esta historia es para recordarte que el aliento y el Espíritu de Dios moran en ti, hijo de Dios. Los antiguos eruditos judíos enseñaron que Su Nombre no debía pronunciarse porque era demasiado sagrado para los labios humanos. Pero con cada inhalación y exhalación, pronunciamos Su divino nombre: “YaH-WeH”. Es el aliento de vida y la esencia de nuestro ser. Como Sus obras maestras, solo una cosa nos queda por decir: “¡Que todo lo que respira, alabe el nombre de Yahweh!”

Día 2