¿Qué Implica Ser Seguidor?Muestra

SER SEGUIDOR ES SOMETERSE

Hace un tiempo, después de meses de predicarle a un amigo, me escribió diciendo que habia tomado la decisión de unirse y ser parte de los seguidores de Jesús. Pero al mismo tiempo, hizo una pregunta clave para el proceso de la fe: ¿Qué implica que ser un seguidor?

Como lo hemos visto en los días anteriores de este devocional, seguir a Jesús implica cambios radicales en nuestras vidas. Pero lo curioso, es que el mayor de ellos no pasa en el exterior, sino en nuestro corazón. Ser renovados por Su espíritu, y nacer de nuevo es el primer paso al que Dios nos guiará. Pues no puede crecer el fruto del espíritu, en un árbol con raíces en el pecado, así como no pueden crecer manzanas, en un árbol de naranjas.

Desde hace unos meses, aprendí una de las mayores lecciones estando en el cristianismo: Seguir a Jesús es morir completamente a mí, porque entiendo que Dios es más consciente de mi vida que yo misma. Por tanto, me he visto enfrentada, por una larga temporada, a rendir todo lo que soy, lo que tengo, lo que sueño, lo que hago. Todo, sin excepción alguna, porque Jesús no murió por ciertos aspectos de mi vida, sino por todos. Así mismo, no lo seguiré y le creeré en ciertos momentos, sino en todos.

El mayor precio que pagaremos en todo el proceso de la fe se da en nuestro interior, sometiendo cada una de nuestras áreas a Dios, incluso las que más nos duelen o a las que más estamos aferrados. Pero hay algo que debemos tener en cuenta, nuestro Padre es amoroso y paciente en nuestro proceso. Puede llevarte días o años, pero ten la certeza de que Jesús estará en cada paso. Él sabe que no es fácil, Él mismo lo enfrentó. Y por eso, nos ha dejado cientos de palabras escritas dejando una pista y al mismo tiempo una evidencia de lo que hará con nuestra vida.

Para este proceso de sometimiento, hay algo que Dios me ha recordado y me gustaría compartirte. Tómalo como un regalo porque es para tí también: “Ya preparé tu camino, solo estoy preparándote a ti”. Tus días ya fueron pensados a detalle antes de que nacieras, pero antes de que veas esos planes realizados, Dios está haciendo algo incluso mayor en tu corazón.

Confía, llora cuando sea necesario, respira profundamente y derrama todo ante Él. Ahí está contigo.

Oración

«Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva la firmeza de mi espíritu» Salmo 51:10