Ego, Seductor Y DestructivoMuestra

ENEMIGOS DE LOS SUEÑOS 2

Ayer vimos el primer enemigo de nuestros sueños, los enemigos del pasado como el fracaso y los temores; hoy veremos otro tipo de enemigo, uno que no está antes de emprender el viaje, sino aquel que se presenta en el proceso del mismo. Uzías enfrentó sus viejos enemigos, pero ahora sería desafiado por confrontaciones de cómo continuar escalando a la meta. Seguramente te habrá costado retomar el sueño abandonado, pero peor lo está siendo en este tiempo de caminar hacia él. Uzías llegó a lugares jamás imaginados, logrando avances sociales, tecnológicos, militares y políticos como nunca antes habían existido. Uzías llegó al punto más alto (2 Crónicas 26:15) “…E hizo en Jerusalén máquinas inventadas por ingenieros, para que estuviesen en las torres y en los baluartes, para arrojar saetas y grandes piedras, y su fama se extendió lejos, porque fue ayudado maravillosamente, hasta hacerse poderoso.”

Debemos enfrentar al enemigo de la comodidad y las costumbres. Albert Einstein dijo: “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo” y esto es una realidad práctica a la hora de caminar tras un sueño. Excusas como “no tengo”, “no sé”, “no puedo” o ¿quién soy yo?” comienzan a aparecerse y una vez más los sentimientos de dejarlo todo afloran en nuestra mente. El secreto no está en nosotros sino en Dios.

El joven rey descubrió esto y decidió, por un lado, el vivir en el camino de Dios (2 Crónicas 26:4) “E hizo lo recto ante los ojos de Jehová…” y por otro, el buscar a Dios con persistencia (2 Crónicas 26:5) “Y persistió en buscar a Dios en los días de Zacarías, entendido en visiones de Dios; y en estos días que buscó a Jehová, él le prosperó.” Amigo lector recordá que el secreto no está en lo que eres, ni en lo que tienes, el secreto es Dios.

Oración: Padre un nuevo enemigo sé que viene, pero lo enfrento alineándome a tu camino, dejando atrás mi confort y mis costumbres, y buscándote con persistencia. Confieso que tú me prosperas conforme a todo lo que necesito en tu propósito con mi vida. Amén.