¿Tienes un corazón tibio?Muestra

- RECIBIENDO CONVICCIÓN

Los tibios seremos rotos, de eso no hay duda. “La convicción llega con quebrantamiento, y el quebrantamiento llega cuando algo se rompe”. Creo que uno de los dolores más fuertes es cuando rompen tu orgullo, tu fantasía; cuando te quitan la máscara y te ves descubierto. Recuerdo uno de esos momentos en mi vida cuando Dios me mostró quién era realmente, cuando todo el mundo de mentiras cayó al suelo y quedé desnuda y descubierta ante Él y ante mi Iglesia.

Cuando menos te lo imaginas, ¡pummm! Eres descubierto y expuesto; tu infidelidad, tus mentiras, tus juegos, los robos que hacías a escondidas... Creías que jamás te descubrirían, pero ahí estás; expuesto y humillado. Creías que nunca pasaría, pero en un abrir y cerrar de ojos, estás allí; en el círculo rojo de vergüenza y, tienes dos opciones: o ves la realidad y la aceptas en humildad y arrepentimiento, o te resistes y endureces tu corazón.

Esto exactamente hizo Jesús con la Iglesia en La Odisea diciéndoles: “Porque tú dices: 'Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad'; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo”.

Esta iglesia confundió lo superficial de su vida con la realidad de su vida espiritual. Lo mismo pasó con los fariseos, cuando Jesús les dijo que eran como esos vasos que por fuera están brillando pero por dentro estaban podridos. Jesús no titubea cuando tiene que revelar la verdad de nuestra condición.

¿Dónde está puesta tu seguridad? ¿Dónde está sujeta tu identidad? ¿En dónde se sustenta tu salvación?

Porque fuera de Cristo tú y yo no tenemos nada.

“RECUERDA QUE LA VERDAD NO SIEMPRE NOS GUSTARÁ, PERO CUANDO CONOCEMOS LA VERDAD Y LA ACEPTAMOS, SOMOS LIBRES”.

Jesús quiere llevarte a la convicción y arrepentimiento. Jesús quiere darte vida llena de Él. No seas como el niño que no confía en el padre que quiere que suelte el peluche pequeño porque él tiene uno más grande. LA VIDA QUE DIOS TIENE PARA TI ES EL PELUCHE MÁS GRANDE QUE JAMÁS PODRÁS IMAGINAR.