Frases Célebres de la Biblia (3)Muestra

“Echa tu pan sobre las aguas”.

¿Conoce usted esta frase célebre de la Biblia? ¿Quién la dijo y por qué la dijo?

“Echa tu pan sobre las aguas”.

El versículo donde está contenida esta frase dice así en la popular traducción Reina-Valera de 1960:

“Echa tu pan sobre las aguas; porque después de muchos días lo hallarás”.

Esto lo leemos en el libro bíblico llamado Eclesiastés.

En el Antiguo Testamento, el libro de Eclesiastés forma parte de los llamados Libros de la Sabiduría, junto con el libro de Job y el de Proverbios.

Estos son libros que enseñan a hacer lo correcto ante las más variadas situaciones. En particular, el Eclesiastés (cuyo nombre en hebreo da la idea de un sabio o predicador que ofrece un monólogo ante un público) ofrece consejos útiles para la vida cotidiana.

La idea del “pan sobre las aguas” es la de, sin temor, soltar o poner en movimiento nuestro patrimonio, riquezas y recursos.

La cita en su hebreo original diría de esta manera: “arroja tu pan a las aguas, porque después de muchos días volverás a encontrarlo”.

Sin embargo, algunas traducciones bíblicas modernas se empeñan en ver una transacción comercial lucrativa en el enunciado, quizás para contrarrestar el tono un tanto “pesimista” del libro en general, y trasladan el texto así:

“Envía tu grano por los mares, y a su tiempo recibirás ganancias” (En la Nueva Traducción Viviente).

“Dale de comer al hambriento, y un día serás recompensado” (Dice por su parte la Traducción en Lenguaje Actual).

Otras, como la Nueva Versión Internacional, todavía mantienen la conclusión de que simplemente no perderás lo invertido:

“Lanza tu pan sobre el agua; después de algún tiempo volverás a encontrarlo”.

Esta última es la misma lección que se repite en muchas otras partes de la Biblia, de que eventualmente recogeremos lo sembrado… ni más ni menos, pues esto en sí mismo resulta suficiente.

Algo muy parecido a ese hermoso consejo de caridad que da el Señor en el libro de Levítico, el cual dice:

“Cuando llegue el tiempo de la cosecha, no sieguen hasta el último rincón de sus campos ni recojan todas las espigas que allí queden. No rebusquen hasta el último racimo de sus viñas, ni recojan las uvas que se hayan caído. Déjenlas para los pobres y los extranjeros”.

De manera que es de mucha sabiduría practicar la frase célebre de: “Echa tu pan sobre las aguas”.