Cómo Leer El ApocalipsisMuestra

El capítulo 15 se abre de manera semejante al 13: un prodigio o «señal grande y admirable» aparece en el cielo. Solamente tres portentos se describen de ese modo en todo el Apocalipsis: la mujer vestida con el sol (12:1); el gran dragón rojo (12:3); y ahora los siete ángeles que van a desatar las siete plagas (15:1). De igual modo que la mujer y el dragón llevaron a la gran batalla entre Dios y Satanás, así también este prodigio inicia la derrota final de los poderes del mal.
El capítulo 15 es breve y se divide fácilmente en dos partes. La primera parte, los versículos 2-4, es la celebración de quienes han alcanzado la victoria. En la segunda, a partir del versículo 5, los ángeles reciben las copas de ira.
Se nos dice que los fieles están entonando el «cántico de Moisés» y el «cántico del Cordero». En la iglesia antigua, este paralelismo entre Jesús y Moisés era un tema de suma importancia. Moisés había liberado al pueblo de la esclavitud en Egipto cruzando el Mar Rojo. Jesús los había liberado de la esclavitud del pecado, la muerte y los poderes del mal mediante su muerte y resurrección.
La entrada en escena de los siete ángeles es dramática. Después del himno, las puertas del templo se abren, y salen los siete ángeles. Llevan vestimentas sacerdotales, y visten túnicas blancas resplandecientes, con cinturones de oro. Uno de los seres vivientes reparte las copas. Estas siete copas son paralelas a los siete sellos y las siete trompetas que hemos visto antes en el Apocalipsis (capítulos 6, 8 y 9). El número siete representa plenitud, algo a lo que no le falta nada. Es entonces aquí que se verá la ira absoluta de Dios, que tomará la forma de siete plagas.
Hoy no se habla mucho de la ira de Dios. Cuando se habla de ella, parece que quien está de veras airado es quien habla, y no Dios mismo. Se nos hace difícil entender cómo un Dios que es amor pueda tener ira. Pero Juan entiende claramente que la santidad de Dios requiere la destrucción final del mal. La redención involucra el fin del poder y dominio del mal. La gracia está al centro de todo esto, puesto que todos los humanos somos pecadores con necesidad de perdón. Pero el perdón por sí solo no destruye el mal. El propósito de la ira es la redención en santidad, no una venganza irracional. En el Apocalipsis, la ira de Dios busca sobre todo destruir las raíces del mal, que son Satanás y sus agentes.
Escritura
Acerca de este Plan

Este plan de lectura te ayudará a evitar los errores más comunes que surgen al leer Apocalipsis. A través de datos históricos, análisis y claves de lectura, podrás entender mejor el libro "más difícil" de toda la Biblia.
More
Nos gustaría agradecer a Editorial CLIE por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://bit.ly/3P4Cj7o
Planes relacionados

Superando Las Pérdidas

Gozo Inquebrantable: Compitiendo por Más que una Victoria

Escoge Tu Difícil: Sexualidad Bíblica

Daniel – Serie: Profetas

El Orgullo

Reencendiendo Nuestra Sexualidad

Amiga Biblia Comentario Devocional – Cartas De Juan

Proyecto Biblia | Sermón del Monte

La Unidad Trae Bendición
