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¡Señor, Limpia Mi Corazón!Muestra

¡Señor, Limpia Mi Corazón!

DÍA 2 DE 3

Quiero limpiar mi corazón para poder verte

Jesús dijo en Mateo 5:8: “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios”.

De todas las bienaventuranzas, esta podría ser la más sublime, pero al mismo tiempo la más difícil de alcanzar. Si te pones a pensar, ¿quién tendría el corazón así de limpio para ver a Dios? Y si ese era el requisito, ¿quién alcanzaría los méritos propios para tener semejante honor?

Pero si Jesús lo dijo, era porque se podía alcanzar y aquí está la importancia de esta enseñanza. Él se estaba refiriendo a la limpieza del corazón porque es ahí donde está nuestro mayor problema. El corazón es el ser interior del hombre; entonces nuestra mente, emociones, voluntad, intenciones, y conciencia tienen que ser limpiados con su sangre preciosa. Toda nuestra personalidad tiene que pasar por esa limpieza que transforma.

¿Y eso cómo lo hacemos?

La suciedad de nuestro corazón se lava solamente por medio de la sangre de Jesús que nos declara perfectos ante el Padre sin nosotros serlo. Para tener comunión con Dios necesitamos tener corazones limpios de falsedad, hipocresía y pensamientos contaminados.

Empieza por limpiar tu mente para que veas una limpieza en el resto de tu vida. Cuida lo que dejas entrar a tu alma para que no se ensucie; recuerda que tu salvación fue un regalo y no puedes tratarla con descuido. Dios espera que podamos vivir vidas íntegras y que seamos los mismos tanto en público como en privado. Por eso cuida tu mente para que guardes tu corazón, porque esa es la fuente de tu vida. Lee las Escrituras y deja que ella te limpie de adentro hacia afuera.

Solo aquellos que han sido limpiados por la Sangre de Cristo podrán tener el privilegio de ver a Dios como Jesús lo dijo. Cuando cuidamos nuestro corazón podemos verlo con los ojos del Espíritu hasta que llegue el momento que lo veamos en toda su gloria y esplendor. Cuida tu corazón y límpialo de toda contaminación para que no haya doblez en él.

Oremos:

Señor, te quiero ver con los ojos de mi corazón y deleitarme en tu presencia. Limpia mi corazón y saca de él toda inmundicia que impida que pueda verte mientras oro y reconocer tu santidad en la Palabra. Limpia mi corazón de todo doblez, y ayúdame a ser íntegro para conocerte y poder verte en toda tu esencia.

Lavo mi mente, mis pensamientos, mis sentimientos y emociones, en tu sangre preciosa, porque reconozco que es la única manera de ser limpio y ser llamado bienaventurado.

Crea en mí, oh, Dios, un corazón limpio y renueva un espíritu recto e íntegro delante de ti Señor. Yo sé que el que se acerca a ti, no lo desechas porque tú estás cerca del corazón que se quebranta delante de ti.

Día 1Día 3

Acerca de este Plan

¡Señor, Limpia Mi Corazón!

El corazón es la fuente de donde emana todo lo que afecta nuestra vida interior; es el centro de la personalidad y es también el lugar donde reside nuestro mayor problema: el pecado, que lo contamina y llena de impurezas. Para limpiarlo necesitamos reconocer que está sucio y acudir al único que puede hacerlo y ese es Jesús. ¿Necesitas aprender a limpiar tu corazón? Este devocional te enseñará cómo.

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Nos gustaría agradecer a Tatiana Figueroa por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://teentregomicorazon.wordpress.com/