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DÍA 3 DE 3

¿Sueño o fantasía?

Puede que creas que son parecidas, pero hay dos cosas claves que hacen la diferencia; su origen y propósito. Un sueño de Dios tiene su origen en la Palabra de Dios, esta está llena propósitos y principios para lograr todo lo que Dios nos llamó a hacer, y tiene como fin honrar a Dios y bendecir a otros. Por otro lado, el origen de una fantasía es el ego y los deseos personales. La fantasía es el peor enemigo de los sueños de Dios.

¿Cómo materializamos los sueños de Dios?

Siempre que Dios nos da un sueño, junto con este nos da la capacidad de realizarlo. Dios no va a hacer lo que te dio a ti la capacidad de hacer. Nosotros hacemos la parte natural, Dios hace lo sobrenatural. La vida de fe no se camina con los ojos puestos en la realidad, sino con los ojos puestos en Jesús.

1) Trabajar: José trabajó y fue el mejor en la casa de Potifar. Muchas veces espiritualizamos nuestra pereza. Pero como hijos de Dios debemos ser excelentes en todo lo que estemos haciendo hoy, sea en tu trabajo, colegio o universidad. Aprendamos a ser fieles en lo poco y veremos como Dios nos lleva a lo mucho.

Lo poco es lo que este mundo nos puede ofrecer, lo mucho es todo lo que hacemos para Dios. Si aprendemos a ser fieles en lo poco, podremos ser fieles en las cosas de Dios".

2) Buscar y provocar oportunidades: José aprendió a provocar oportunidades y también a aprovechar las. Su excelencia le abrió oportunidades y lo promovió, aunque su promoción parecía algo peor al estar en prisión. Esta fue la antesala para poder ser el segundo después de Faraón.

3) Dar soluciones: Las más grandes oportunidades vienen acompañadas de problemas, por esto nuestro rol es transformar y mejorar las cosas. Somos gente de soluciones y de cambios. José fue un hombre con estrategias, se entrenó en los peores lugares, pero a pesar de eso aprendió.

¿Ahora qué?

Entonces el Señor me respondió, y dijo: Escribe la visión y grábala en tablas, para que corra el que la lea. Porque es aún visión para el tiempo señalado; se apresura hacia el fin y no defraudará. Aunque tarde, espérala; porque ciertamente vendrá, no tardará.
(Habacuc 2:2-3 LBLA).

  1. Escribe el sueño que Dios te dio.
  2. Ponte metas a corto, mediano y largo plazo.
  3. Comparte este sueño con uno o dos amigos.
  4. Mantente orando hasta que eso suceda.

Escrituras

Día 2

Acerca de este Plan

Soñadores

Todos tenemos sueños, incluso aquellos que los llevan ocultos detrás de su corazón. Tú tienes un gran sueño también y Dios puso en ti la pasión necesaria para que te impulses y lo logres. Hasta que no te decidas ir tras ese sueño que Dios te dio, jamás podrás amar la vida como se supone que la ames.

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Nos gustaría agradecer a Israel Chaparro por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.ctue.cl/