Venciendo Mi MiedoEjemplo

CONOCIENDO EL MIEDO

El miedo es una palabra muy común en nuestros días. Este se refiere básicamente a una emoción sensacionalista frente al hecho de auto-percibirnos en peligro o amenazados por eventos o situaciones reales o ficticias que tuvieron lugar en el pasado, en el ahora o en el futuro (Ansiedad).

Desde un punto de vista psicológico el miedo puede tener su raíz en dos orientaciones, en primer lugar por un asunto profundo de la conducta por elementos vividos y que se viven que no han sido solucionados efectivamente en el alma de quien siente el miedo. En segundo lugar se encuentra el miedo aprendido debido a esquemas adaptativos de respuesta frente a ciertos estímulos de peligro o dolor.

Comúnmente las personas que experimentan miedo enfrentan capítulos de terror que les paraliza e impide seguir avanzando en su día a día, desarrollando ciertos niveles de temor frente a otras personas, ciertas emociones, y determinados lugares entre otros.

A la luz de la Biblia podemos encontrar diferentes momentos en que se registra la palabra miedo, en dichos registros tal término se vinculó a momentos de gran angustia o desesperación por parte de los personajes nombrados en dichos contextos. Un ejemplo de ello lo encontramos en Juan 16:20, donde los discípulos “tuvieron miedo” a razón de una tormenta. Otro ejemplo lo leemos en Mt 25:24-25 con la expresión: “tuve miedo” por parte de aquel que enterró su talento.

En diferentes lugares de la escritura se observan personas que fueron víctimas del miedo, sea por hechos reales o imaginarios que experimentaron. No es casualidad que desde el primer momento de la caída la primera emoción experimentada por Adán y Eva haya sido el miedo. El miedo que también les llevó a actuar de modo erróneo en muchas oportunidades más (evadir sus responsabilidades, culpar a Dios, entre otras).

El miedo es un enemigo a vencer en nuestra cotidianidad, el cual amenaza con paralizarnos o sacarnos de la senda marcada por el Padre. Sin embargo, Dios sabiendo esto desde el antiguo testamento nos realiza un llamado a no experimentar un miedo paralizante , ya que como el miedo es una emoción que se encuentra adherida a nuestra alma no podemos evitar sentirlo, pero cuando este sentir nos paraliza entonces debemos estar: ¡alertas!