12 Personajes - 12 EnseñanzasMuestra
Lo derramé todo ante Sus pies - mujer del frasco de alabastro
No muchos entendieron lo que estaba sucediendo ese día. Para muchos soy la pecadora, la que no es digna, la que no merece nada. Ni siquiera estar cerca de Él, ni siquiera tocarle. Pero hay algo que no puedo evitar, y es este sentimiento de gratitud por todo lo que Él hizo por mí. Él perdono mis pecados, me dio una vida nueva, me dio la oportunidad de redimirme, y a quien más se le ha perdonado, es quien más ama.
Solo tengo algo valioso en casa, es este perfume, esta herencia familiar. Muchas lo guardan para derramarlo a los pies de sus prometidos, con quienes van a casarse, pero yo quiero derramarlo a Sus pies. Porque no puedo evitar llorar al pensar en Su amor inagotable por mí, por Su perdón. Él no vio mis errores, no me juzgó, me dio la oportunidad de arrepentirme. Por eso, cuando me enteré que estaría en casa de Simón, tome mi mejor frasco de alabastro y al llegar al lugar, al verlo, pude sentir la presencia, la gracia y la autoridad que siempre le acompaña, es el Padre. Definitivamente, Él debe ser el Hijo de Dios. Sé que mi historia muchos la van a conocer, y no me avergüenza, no me arrepiento de lo que hice.
Al verlo no pude evitar arrojarme a Sus pies, los perfumé, hasta derramar la última gota de perfume. Mientras los secaba con mis cabellos y mis lágrimas corrían alrededor de Sus dedos. Pude sentir las miradas de juicio, incluso los señalamientos, pero lo que Jesús hizo, marcó aun más mi corazón y me llenó de una profunda e inagotable gratitud. Jesús les dijo a todos: "Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas esta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos. No me diste beso; mas esta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies. No ungiste mi cabeza con aceite; mas esta ha ungido con perfume mis pies. Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama. Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados".
Ese día aprendí que Él lo quería todo de mí. Él quería mi mejor adoración, mi mejor alabanza, mi mejor perfume. Él quería que me humillara, que reconociera. Pero lo mas importante, que fuera agradecida y que nunca olvidara que Él me perdonó, para que no pecara más.
Adaptación de Lucas 7:36-49 - Escrito por Kissenger Camargo
Escrituras
Acerca de este Plan
Cada una de estas historias adaptadas y relatadas en primera persona, nos deja una enseñanza que nos ayudará en nuestro crecimiento espiritual. Atrévete a conocer cada una de ellas y aplicar sus enseñanzas.
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Nos gustaría agradecer a Proyecto ETYY por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://proyectoparadios.wixsite.com/etyy/testimonios