[Corre Para Ganar] Las Reglas Del JuegoMuestra

Un espectáculo al mundo

Probablemente todo el mundo ha visto un espectáculo al menos una vez, así que situémonos en la antigua Grecia, donde el Apóstol Pablo predicaba y difundía el Evangelio de Cristo en ciudades como Corinto. En aquella época, los espectáculos eran muy diferentes a los que conocemos hoy.

La arena romana era el centro de los juegos o, más concretamente, de las batallas. En estos juegos, criminales condenados, cautivos de guerra y fieras luchaban a muerte. El público de los coliseos seguía cada movimiento de los jugadores, cuya vida dependía de ser el ganador. Sin embargo, el vencedor no solía ser liberado, sino que se le ponía en fila para otra batalla. Se les llamaba «consagrados» o «designados para la muerte».

Los atletas de hoy no se encuentran en la misma situación, sino que se enfrentan al desafío único de la exposición constante. Más allá de sus habilidades de juego, se les da un megáfono dependiendo del éxito que tengan en su deporte. Los atletas tienen una audiencia dispuesta y ansiosa que les prestará atención y, a menudo, los juzgará por lo que digan.

Nosotros somos atletas de Dios y necesitamos recordar la exhortación de Pablo en la que nos dice que el mundo está escuchando. Tú y yo estamos siempre en exhibición como si fuéramos parte de un espectáculo. Por lo tanto, seamos conscientes de nuestras palabras y acciones porque pueden afectar a los que nos escuchan o ven, ya sea positiva o negativamente. Optemos por ser una buena influencia para los que nos ven.

Preséntate de palabra y de obra con humildad y con un carácter semejante al de Cristo, sabiendo que estás expuesto ante el mundo en el teatro de la vida. Procura edificar a los demás y llevarlos a Cristo, que te ha dado este escenario para darlo a conocer.

Señor, ayúdame a ver el privilegio que se me ha dado como atleta, no solo para jugar bien mi deporte sino para representarte en este teatro de la vida. Enséñame a jugar con valentía y humildad y a representarte siempre con fidelidad, sabiendo que la gente que me observa puede llegar a conocerte a través de mí. Gracias por darme este escenario para llevar a los que me rodean hacia Ti.