DepresiónMuestra

Hola, me da mucha alegría que estés aquí leyendo en este segundo día, en verdad.

Ayer hablamos un poco sobre el vacío que podemos encontrar en nuestro interior que no nos permite avanzar. A veces pensamos que podemos llenarlo con cosas de este mundo, el alcohol, las personas, los vídeo juegos, las redes sociales, la comida, o incluso el aislarnos. Podemos usar muchas otras cosas, pero te aseguro que nada de eso funcionará; solo hay una cosa que lo hará, te cuento más adelante.

Quizá hayas escuchado la historia de Jesús y la mujer samaritana. Ella intentaba llenar un tipo de vacío distinto, pero que a la final era un vacío. Jesús conocía muy bien a esta mujer y lo que había hecho para llenar su vacío, a pesar de ser la primera vez que hablaba con ella.

Jesús dirige la conversación para mostrarle la solución a su interminable sed de sentir plenitud:

“El agua viva”.

Nuestro corazón está desierto, vacío, sediento de un agua que lo sacie de verdad. Buscamos en el mundo agua que solo nos quita la sed por un momento, pero que al fin y al cabo regresará.

Todo eso qué hay allá afuera es temporal, pero Jesús estará para siempre y será fiel.

Comienza tomando de esa agua viva, comienza conociendo a Cristo Jesús más. Seas cristiano de hace tiempo o no, no pares de conocer a Jesús. Solo Él puede restaurar el corazón que Él creó.

¿Qué te parece si intentas escribir esas cosas con las que quieres llenar tu vacío y se las entregas a Jesús?