En su corazón por Zach Williams: Un devocional de 5 díasMuestra

“Si andas perdido

A tiempo estás

Ven, corre al Padre

Corre hacia tu hogar

Dale tu carga

Dale tu temor

Toma Su gracia

Te dará Libertad”

La historia del hijo pródigo es una imagen asombrosa del amor de Dios por todos nosotros. El hijo que huye y se entierra en el pecado y la rebelión es alguien con quien creo que todos podemos identificarnos.

Después de repudiar a su padre y desperdiciar su herencia, el hijo se encuentra en un corral de cerdos. Regresa a casa buscando perdón y dispuesto a sufrir las consecuencias de su pecado. Antes de que pueda siquiera defender su caso, se encuentra envuelto en los brazos de su padre. En lugar de vergüenza y rechazo, recibe lo contrario, se lo viste con una túnica real, se le da un anillo y se organiza una fiesta en su honor. Está completamente restaurado a la posición de la que se alejó.

Si eres padre de un hijo pródigo, entiendes el amor que el padre tiene por este niño y la alegría que experimenta cuando el niño llega a casa. Así es como nuestro Padre Celestial nos ama, mientras estamos en una tierra lejana desperdiciando lo que Dios nos ha dado, anhela que regresemos a Él. Él nos ve y corre hacia nosotros cuando regresamos. ¿Qué clase de amor es éste? Realmente es algo difícil de entender. No lo merecemos, no podemos ganárnoslo, las palabras no pueden describir el amor que nuestro Padre Celestial tiene por nosotros.

Reflexión:

¿Sientes que no hay forma de que Dios pueda amarte por las cosas que has hecho? ¿Sientes que no eres digno de pasar la eternidad en la presencia de Dios? ¿Alguien te ha mentido y te ha dicho que eres descalificado para ser parte de Su Reino?

Dios está esperando que te arrepientas de tu pecado y vuelvas a casa con Él. Te está buscando. Clama a Él. Él correrá hacia ti y te envolverá en Sus brazos. Él te revestirá de Gracia. Una cosa que Él no hará es buscarte y arrastrarte a casa; Él está esperando a que regreses. ¡Levántate de tu pocilga, corre a casa y experimenta el favor y el amor inmerecidos de tu Padre, el Rey del universo!