Hablamos con nuestro Padre

Que importante es saber a quién nos estamos dirigiendo. De acuerdo con el interlocutor va a ser nuestra preparación, postura, manera de dirigirnos, etc. Es importantísimo entender quién está del otro lado para saber qué pedir, cómo pedir, de qué manera agradecer y cómo hacer que nuestras palabras sean efectivas al ser dadas. En este caso nuestro interlocutor es Dios mismo, el Único Dios creador de los cielos y la tierra. Jehová de los ejércitos. ¡El mismísimo y único Dios!.

Sepamos que le hablamos a Nuestro Padre. Tenemos un Padre que nos escucha, que siempre está, que nos muestra Su amor SIEMPRE, jamás nos da la espalda y que Su máxima prioridad somos nosotros.

Un Padre que está en los cielos, un Padre que está a un nivel diferente, es Aquel que tiene dominio sobre el universo, que ejerce el poder sobre todo y todos, Su figura supera ampliamente a la del padre terrenal y por lo tanto es un Padre Perfecto.

Él es 3 veces Santo lo cual significa que es 3 veces apartado de toda contaminación, 3 veces superior a cualquier otra figura santa que imaginemos, Su santidad llena la tierra de Su gloria y porque Él es Santo y libre de pecado fue necesaria la muerte de Cristo en la cruz para nuestra redención y poder acercarnos a Él.

Por todo lo arriba descrito es importante dirigirnos a Él en confianza, con respeto, sabiendo quién es nuestro interlocutor, con fe a ciegas, con pasión y dedicándole tiempo.

Y obviamente, Dios nos responde de manera directa, a través de circunstancias que nos tocan atravesar, por medio de la Palabra inspirada de Dios, siempre justo a tiempo, de manera contundente y clara, y siempre pero siempre en Su propósito.

Qué bendición saber con quién hablamos cada vez que nos dirigimos a Dios en oración. Nos escucha un Dios de poder, autoridad y que está por sobre todo y todos. Creamos que nuestra oración no es un rezo sin sentido sino es una palabra poderosa dirigida a alguien que siempre está atento y expectante de escucharnos.