Viviendo en El Reino De DiosMuestra

Vive en la promesa

Cuando escuchamos la palabra promesa, pensamos en algo que se va a cumplir o algo que está por venir. Le preguntaron a Jesús: ¿Cuándo vendrá el Reino de Dios? Él les respondió que estaba entre nosotros, estaba en nosotros; fue una promesa que se les dio a sus padres y que se había cumplido en este tiempo. Ahora nosotros estamos viviendo en el Reino de Dios, Él nos ha hacho Sus hijos y por lo tanto somos hijos del Rey y Señor.

Tomando en cuenta lo anterior, siendo un hijo, vivir la promesa que el Reino de Dios está entre nosotros, nos alienta a ser identificados como hijos, Su promesa es vigente. Vivamos cada día, manifestando que el Reino de Dios está entre nosotros, está en nosotros. Al vivir en la promesa, tenemos que ser intencionales para depender de lo que Dios nos está otorgando; Abraham le creyó a Dios y vivió en la promesa aun cuando no vería su cumplimiento.

Hace unos años, cuando como familia decidimos dejar nuestro país, cultura, iglesia, familiares y amigos, estando en ese proceso de definición, un tío muy querido nos dijo que las promesas de Dios no se cumplen si estás pensando en tu seguridad antes de confiar en Dios. Que deberíamos soltarnos de la seguridad personal y vivir en la promesa. Si estas esperando a sujetarte a otra cosa antes de confiar en Dios, no estas viviendo en la promesa.

Nos decidimos a vivir en la promesa, soltando toda seguridad de empleo, casa, iglesia, familia o amigos y depender de Dios. No fue algo fácil, tenía un sentimiento de vivir en el limbo, como dormitando y en ocasiones con mucha incertidumbre. Sin embargo, estar en la promesa en ese tiempo nos mostró como Dios nos hace vivir en Su Reino, con confianza, con valor y en dependencia total. En ese momento no tenía como preocuparme por la seguridad, vivienda, finanzas, etc. Solo de saber que vivía en la promesa de Dios.

Esto es algo que de vez en cuando tengo que recordar y volver a entender, que vivo en la promesa, que Dios está en control, que tengo que soltarme de la seguridad de mi trabajo, mi esfuerzo, mis finanzas y depender de Él como un hijo amado. Dios quiere que vivamos dentro de Su promesa al hacernos hijos y herederos juntamente con Jesús.

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