Pro TipMuestra

Escrito por Anders, 19 años de Arvada, Colorado, EE. UU.

¿Cuál es el peor trabajo que has tenido que hacer? En mi caso, fue algo que me pidieron que hiciera en un viaje misionero. Estaba sirviendo en un banco de alimentos y nos encargaron que separáramos las cebollas buenas de las podridas.

Alerta de spoiler: todas estaban podridas. Pero no nos dimos cuenta hasta que estábamos casi enterrados en cebollas y llevábamos un tiempo sacándonos el moho de las uñas.

Es posible que hoy te resulte difícil hacer cosas como las tareas de la casa, los deberes o un turno en el trabajo. Es posible que no quieras hacer la tarea que se te ha asignado. Sin embargo, lo que Pablo nos dice es que podemos afrontar cada situación con la actitud de que estamos trabajando directamente para Dios. Estamos invitados a dedicarnos con alegría a cualquier tarea que tengamos que hacer. Puede que no lo parezca en el momento, pero al mirar atrás, tendremos la seguridad de que hemos trabajado duro, lo que supone un gran ejemplo para los demás y nos ayuda a ver que Dios cuida de cada parte de nuestra vida.

Así que respira hondo (y agradece que no estés oliendo a cebollas podridas).

Hoy, echa tus preocupaciones y ansiedades a Dios. Hazle saber qué trabajo no te apetece o no quisieras hacer. Luego sal al mundo hoy sabiendo que puedes abordar tu trabajo con la actitud de que estás trabajando para Dios. Realiza este trabajo para el Señor y no para nadie más, como señal de alabanza y gratitud hacia el Dios que te ama y cuida de los detalles del día a día de tu vida.

Y, por último, recuerda la fidelidad de Dios, reconociendo que cada día es un regalo de Aquel que te ama y ve el trabajo que has hecho.