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Escrito por Anna, 19 años de Shawnee, Kansas, Estados Unidos.

No hace mucho tiempo, estuve atravesando un conflicto con mi mejor amiga. Durante este proceso, me costó mucho pensar de forma positiva en ella, debido a lo que ocurrió y lo que causó el conflicto. Pero, encontré maneras de recordarme a mí misma que Jesús cuida de todos, pase lo que pase, lo que significa que nosotros también podemos hacerlo. Esto no cambia ni siquiera cuando estamos en conflicto con otras personas. Jesús demostró lo que estamos hablando a lo largo de su vida de muchas maneras. La gente se burlaba, lo despreciaba, lo torturaba e incluso lo mataron en una cruz, y aun así Él se preocupó por cada uno de esos seres humanos. En Filipenses 2:4, Pablo nos dice que no sólo debemos ocuparnos de nuestros propios intereses, sino también por los de los demás. Esto significa que, en la medida de lo posible, debemos pensar en los demás y preocuparnos por ellos. Incluso cuando sea difícil. Incluso cuando prefiramos no hacerlo. Incluso cuando lo único en lo que podamos pensar es en nuestros sentimientos heridos... deberíamos pensar en otras personas, siempre.

Ahora bien, esto no significa que si alguien te hiere mental, emocional o físicamente, debas simplemente encogerte de hombros. ¡No! Debes seguir cuidando de ti mismo y hablar con un adulto de confianza. Pero sí significa que cuando tengas un conflicto con un amigo, o estés de mal humor con alguien, o cuando prefieras centrarte en ti mismo en lugar de preocuparte por ellos, estás invitado a hacer lo que hizo Jesús.

Hoy, busca una manera de ocuparte de los intereses de los que te rodean y haz algo para demostrarle a alguien que te importa. . . incluso si se trata de un amigo con el que has tenido conflictos en el pasado.