Puestos los ojos en JesúsEjemplo

Obedecer, sacrificar, dejar, negarte o apartarte, escogiendo agradar a Dios nunca va a ser fácil. No fue fácil para Abraham decidir sacrificar a su único hijo por obediencia cuando Dios se lo pidió, no fue fácil para Moisés obedecer sabiendo la dificultad que tenía desde niño en su habla, y no fue fácil para Jesús dar Su vida, cuando postrado oró al Padre pidiendo que pase de Él esa copa. Pero, en cada caso decidieron hacer la voluntad del Padre por encima de lo que querían.

La Biblia nos habla del Señor, Sus obras poderosas y Sus propósitos con el pueblo, vemos el sacrificio de Cristo por nuestras vidas y aun así fallamos, preferimos seguir nuestro instinto, la voz del alma diciendo quédate con esto, puedes seguir a Jesús tal cual eres, no necesitas cambiar, nos mentimos creando falsos pensamientos en donde podemos seguir al Señor cargando en nuestra espalda todo lo que satisface el viejo hombre.

Ese momento en el que te desprendes de aquello que quieres, de aquello que afecta tu relación con el Señor es doloroso ya que mueres, morir nunca es fácil, renunciar nunca es fácil, perder nunca es fácil y muchas veces tendrás que perder para ganar con Cristo, pierdes tu vida para ganarla, mueres para decirle a Cristo vive.

Quizá no lo entiendas en ese momento, pero sí quieres tener parte con el Señor, con Él juntamente debes estar crucificado. Él conoce tu corazón, nunca te va a abandonar y sabe hasta dónde puedes llegar. Cuando Pablo dice estar crucificado con Jesús, se refería a un estilo de vida, a entregar su vida a los pies del Señor, basando sus pasos, obras, pensamiento y entrega en Cristo. A los ojos del mundo puede que estés perdiendo, pero a los ojos de Cristo es conquista, vida y bendición.