Explicaciones para el dolorMuestra

Eres malo

Cuando era niño, un programa de televisión llamado Saturday Night Live tenía un sketch titulado “Pensamientos Profundos con Jack Handy”. En un episodio, Jack Handy reflexionó: “Si un niño pregunta de dónde viene la lluvia, creo que algo lindo para decirle es: 'Dios está llorando'. Y si pregunta por qué Dios está llorando, otra cosa linda para decirle es: ``Probablemente por algo que hiciste'”.

Eso es oscuramente divertido, porque muchos de nosotros pensamos exactamente eso cuando sufrimos. Tal vez el cáncer de mama es el castigo de Dios por todos esos años de ignorarlo y enfocarte en ti. Tal vez la infertilidad sea la venganza divina por tu sexo prematrimonial o tu aventura. Tal vez esta temporada difícil esté relacionada con algún pecado que cometiste en el pasado.

La razón por la que a menudo hacemos la conexión entre el pecado y el sufrimiento es porque el pecado y el sufrimiento a menudo están conectados. El libro de Proverbios está repleto de pasajes como este: “Los sabios heredan honra, pero los necios sólo reciben vergüenza” (3:35). Los tontos se avergüenzan. A los alcohólicos les falla el hígado. Los chismosos pierden amigos. Los codiciosos mueren solos. El pecado a menudo tiene una dolorosa consecuencia terrenal.

A menudo. Pero no siempre. Piensa en Job, el hombre intachable de la Biblia que perdió a sus diez hijos en un trágico accidente. O David, el hombre que valientemente salvó a Israel de Goliat y obtuvo como recompensa a un rey celoso y asesino. El sufrimiento no siempre es tu culpa.

Si quieres saber por qué tienes dolor, piensa profunda, crítica y bíblicamente. “No sólo eso, sino que también nos regocijamos en nuestros sufrimientos, porque sabemos que el sufrimiento produce perseverancia; perseverancia, carácter; y el carácter, esperanza” (Romanos 5:3,4).