Adviento: Redescubriendo la Navidad en el caosMuestra

Intercambia las preocupaciones por Paz

Durante la segunda semana de Adviento, nos enfocaremos en la PAZ.

Hay una historia en la Biblia acerca de Jesús visitando la casa de dos hermanas...

Mientras iba de camino con sus discípulos, Jesús entró en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María que, sentada a los pies del Señor, escuchaba lo que él decía. Marta, por su parte, se sentía abrumada porque tenía mucho que hacer. Así que se acercó a él y le dijo: —Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sirviendo sola? ¡Dile que me ayude!

41 —Marta, Marta —le contestó Jesús—, estás inquieta y preocupada por muchas cosas, pero solo una es necesaria. María ha escogido la mejor, y nadie se la quitará.
– Lucas 10:38-42

Soy una Marta, una ávida planificadora, rebosante de ideas que esperan ser puestas en acción. Particularmente para unas vacaciones, o un cumpleaños, o por el bien de nuestros propósitos aquí, la Navidad.

Mis elaborados preparativos durante las semanas previas al 25 de diciembre pueden traer mucha alegría, convivencia y regalos... junto con expectativas inalcanzables, falta de sueño y estrés.

Me tomó algunos años (y lágrimas) darme cuenta de que tengo que tomar una decisión mientras me preparo para la Navidad. Puedo, como Marta, estar “preocupada y molesta por proporcionar tantas cosas” o puedo aprovechar la oportunidad, una vez más, para sentarme y empaparme de la historia, del gran amor de Jesús, viniendo al mundo en forma de un bebé.

Y aquí está la mejor parte. Se nos promete paz al elegir no preocuparnos, y optar por reunirnos con Dios en oración.

No se inquieten por nada, sino que en toda situación, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y den gracias. Y la PAZ de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
– Filipenses 4:6-7 (NVI)

Ya sea que estés preocupado por los elaborados preparativos que te encuentras supervisando (en casa, la oficina o la escuela), o cómo vas a pagar los regalos de Navidad, o cómo será la celebración en la mesa este año, sin alguien a quien amas. Recuerda que nada es demasiado grande o demasiado pequeño para llevarlo a Él. Aunque podemos sentirnos impulsados ​​a planificar, preparar y manejar esas cosas por nuestra cuenta, Jesús nos invita a sentarnos a Sus pies, a entregarle nuestras ansiedades en oración y dejar que la abrumadora PAZ de Dios llene nuestros corazones en esta temporada de Adviento.