La fuente de nuestra esperanza

El niño en el pesebre era la esperanza de toda la humanidad. Indefenso, débil y frágil - pero no desprovisto de esperanza. Jesús estaba LLENO de ESPERANZA para todo aquel que pudiera ver con otros ojos.

Ojalá pudiéramos cambiar nuestra humanidad pieza por pieza. Cambiar nuestros ojos por unos que vean a través del filtro de la ESPERANZA. Cambiar nuestro corazón por uno que bombee ESPERANZA por la vida. Cambiar nuestras rodillas, piernas y pies, que se doblan, se cansan y tropiezan, por otros que se inclinen ante la esperanza, sigan avanzando con esperanza y caminen con firmeza en la esperanza. Y así sucesivamente…

La desesperación es a veces la única forma de encontrar esperanza. Creo que la intención de Dios es que seamos impulsados por la esperanza y que nunca se nos acabe.

Salmos 62:5 - "Que todo mi ser espere en silencio delante de Dios, porque en él está mi esperanza".

Es una gran persona la que puede aferrarse a la ESPERANZA cuando las circunstancias apuntan hacia otro lado.

Salmos 119:116 - "¡Señor, sostenme como prometiste para que viva! No permitas que se aplaste mi esperanza".

Es una persona aún más grande la que reconoce que la ESPERANZA es lo que le ayudará a ver con claridad.

Salmos 94:19 - "Cuando mi mente se llenó de dudas, tu consuelo renovó mi esperanza y mi alegría".

Lo más grande es cuando la ESPERANZA se convierte en una forma de vida, como en este versículo:

Salmos 39:7 - :Entonces, Señor, ¿dónde pongo mi esperanza? Mi única esperanza está en ti".

Hoy es un día para poner tu esperanza en la persona y la obra de Jesús. Hoy es un día para ofrecer esa misma ESPERANZA a alguien que conozcas y que pueda beneficiarse de ella. ¿Quién puede ser?

Salmos 40:11 - "Señor, no me prives de tus tiernas misericordias; que tu amor inagotable y tu fidelidad siempre me protejan".

Canta “Oh pueblecito de Belén”.

Escrito por Inga-Lill Guzik. Todas las referencias bíblicas son de la Nueva Traducción Viviente.