Su presencia, nuestra guía

El Arca del Pacto iría delante, e Israel debía estar atrás, a casi unos 2000 codos. Eso se convierte en unos 900 metros aproximadamente.

Dios, cuando le da a Moisés las especificaciones del tabernáculo (Éxodo), le dice que haga un arca de madera de acacia, cubierta con oro puro por dentro y por fuera. Sobre este iría el propiciatorio hecho de oro puro y dentro del arca las tablas de la Ley. El arca debía estar en el Lugar Santísimo dentro del Tabernáculo, el único que podía entrar era el Sumo Sacerdote. Pues, allí reposaría la presencia de Dios, y los que podían llevarla, la llevarían usando varas también cubiertas de oro, debían ser sacerdotes, del linaje de la tribu de Levi únicamente.

Dios en ese tiempo habitaba junto al pueblo, el Arca simbolizaba la presencia de Dios para el pueblo de Israel. Cuando Dios bajaba al tabernáculo se posaba sobre el Arca, ahora tenemos nosotros un privilegio en este tiempo y es que Dios ahora habita en nuestros corazones.

Este milagro sorprendente del Jordán, es único, un río lleva su cauce, tiene sus corrientes internas de agua, y cuando los sacerdotes mojaron sus pies en las aguas del Jordán (ver 16 - las aguas que venían de arriba se detuvieron como en un montón bien lejos de la ciudad de Adam, que está al lado de Saretán, y las que descendían al mar del Arabá, al Mar Salado, se acabaron, y fueron divididas, y el pueblo paso en dirección de Jericó).

Viendo la distancia que había entre las ciudades de Sitim, que fue de dónde partió Israel, rumbo a Jericó las aguas se detuvieron bien lejos del Arca del pacto de Jehová. Pues de Sitim-Jericó a Adam (al lado de Saretán) hay kilómetros de distancia. Cuando nosotros como sacerdotes de Dios, nos comenzamos a meter de frente al problema, al obstáculo, y si tenemos la presencia de Dios, eso que te estorba tendrá que detenerse y amontonarse lejos de ti.

Oración:

Dios Amado, quiero darte las gracias porque Tu presencia es nuestro escudo y aferrarnos a ella nos da el privilegio de estar bajo tu cobertura. Es por eso que te pido, que Tu presencia nos guíe y vaya delante de nosotros, guiando y guardando nuestro camino. En el nombre de Jesús. Amén.