Hacia La Transformación De La SociedadMuestra

Jesús desafía el pensamiento de Su época

Cuando nos referimos al significado de la palabra evangelismo, generalmente pensamos en la idea tradicional de compartir las Buenas Nuevas de salvación con aquellos que no conocen a Cristo. Es decir, la evangelización siempre está dirigida a las personas. Esta definición es acertada y verdadera, ya que fue lo que Jesús mismo hizo durante Su vida en la tierra y en múltiples ocasiones.

Sin embargo, el compartir las Buenas Nuevas a las personas es sólo una dimensión de lo que es el evangelismo. De la misma manera, cuando nos referimos a misiones pensamos en la idea de “salvar almas” en lugares del mundo donde todavía no ha llegado Su Palabra. Aunque este concepto es bíblico, sin embargo, no es el único propósito que Dios tiene con las misiones.

Como cristianos, la próxima batalla que tendremos que pelear, estará dada en el área de la mente; y el campo misionero que tendremos que alcanzar será el mundo de las ideas.

Será hacia este “nuevo continente”, tendremos que poner nuestra mirada, recursos, capacitación y obreros dispuestos a influir, mientras continuamos enviando misioneros a todas las naciones, predicando en nuestra Jerusalén, en nuestra Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra (Hechos 1:8).

La pregunta que surge en este punto es inevitable: Sea cual sea nuestro lugar en la sociedad, ¿cómo podemos comenzar entonces, la reinterpretación de lo que hemos aprendido durante toda nuestra vida?

Para poder llevar el mensaje de Jesús hacia el mundo de las ideas y traer cambios profundos y significativos, debemos de tener una fuerte convicción y entendimiento de quién es Jesús y de lo que vino a enseñar.

“Este es el fundamento para la transformación de una sociedad”.

No podemos tener otro cimiento para tan grande misión.

Cuando observamos la vida de Jesucristo en los Evangelios, muchas veces nos concentramos en Sus milagros, en la predicación individual, o en cómo exhortaba a los religiosos; pero no reparamos en que gran parte de Su tiempo lo dedicó a desafiar el pensamiento predominante de Su época. ( Una nueva dignidad a la mujer, desafió la ley del Talión, sanó enfermos en el día de reposo, comía con publicanos y pecadores, una nueva dignidad para los niños, limpió a los leprosos, etc.).

“Lo que vendría a continuación en la historia de la humanidad sería una serie de transformaciones sociales y culturales nunca antes vistas".