Bueno SaberloMuestra

Escrito por Danielle, 14 años de Burke, Virginia,

¿Alguna vez te has sentido tan frustrado por algo en tu vida que has descargado tu frustración y tu ira en otra persona? Una vez me resfrié, justo al final del fin de semana, y estaba estresada por tener que faltar a la escuela, preocupada por la carrera de campo traviesa que se acercaba rápidamente, y sintiéndome fatal para colmo. En medio de toda esa frustración y estrés, no me di cuenta de lo mal que estaba tratando a mi familia. A pesar de que no habían hecho nada malo, descargué mi ira en ellos. Pero Dios no nos dice que dejemos que toda nuestra ira y frustración nos distraiga de mostrar bondad; Dios nos dice que amemos a los demás como a nosotros mismos.

Esto significa ponernos en el lugar de los demás e imaginar cómo se sienten antes de decir algo desagradable. Puede significar respirar profundamente o incluso cambiar nuestro enfoque a las partes más brillantes de nuestro día y pensar en lo que estamos agradecidos en lugar de las cosas que nos frustran. Recuerda que cada uno de nosotros es especial y amado, ¡y Dios quiere que nos tratemos así!

La próxima vez que te sientas tan frustrado o enfadado que quieras decir algo que pueda ser hiriente, recuérdate que debes amar a tu prójimo como a ti mismo. Puedes memorizarlo, escribirlo o decirlo en voz alta.

Solo recuérdate que, independientemente de lo que estés pasando, Dios nos ama a todos y quiere que nos mostremos ese amor unos a otros.