Sin CondicionesMuestra

Dios nos llama a experimentar libertad sin condiciones

Muchas veces, al momento de tomar decisiones, estamos condicionados inconscientemente por nuestro pasado. Puede que las experiencias de nuestra niñez, los fracasos, las fallas o las heridas no nos permitan decidir libremente con la plenitud que Dios anhela que vivamos. Sin embargo, a través de Su Palabra somos libres del pecado, de los vicios y de las ataduras espirituales. La Palabra nos da el conocimiento y trae luz y revelación para que seamos libres. Si no permitimos que la Palabra obre en nuestro corazón, seguiremos atados a situaciones que no podemos entender.

Uno de los grandes enemigos de la libertad a la que Cristo nos llama es el legalismo. Una vez que somos libres en Cristo, la única manera de volver a la esclavitud es por voluntad propia. ¿Por qué volveríamos a ser esclavos de creencias, actitudes o acciones si Dios ya nos hizo libres?

A menudo, decimos que somos libres, pero somos esclavos de apariencias, de opiniones, del qué dirán, de preconceptos, de normas o de estructuras humanas. No podemos dejar que eso condicione nuestra vida espiritual cuando ni siquiera Dios nos pone condiciones. Las estructuras humanas nos esclavizan, pero solo Su Palabra nos trae verdadera libertad.