Cómo superar las mentiras sobre DiosMuestra

Dios es misericordioso, presente y amoroso

Dios no está distante. Está presente y es un ser personal. Dios es Omnipresente: está en todos los lugares, en todo momento. Está contigo en tu sufrimiento, cuando estás ansioso o deprimido, e incluso cuando pecas de formas en las que te prometiste a ti mismo que nunca volverías a pecar. No puedes dejar atrás a Dios, escapar de Su bondad o hacer que se aleje o te dé la espalda. Nos invita a dirigirnos a Él como Abba, el equivalente arameo de Papá o Dada. El Dios del universo no necesita nada de nosotros, pero nos invita a tener una relación íntima con Él.

En Dios encontramos nuestra mayor fuente de plenitud y alegría. Lo asombroso de Dios es que Él nos amó primero. No esperó a que depuráramos nuestros comportamientos, cumpliéramos Sus expectativas o lo enorgulleciéramos; simplemente nos amó. Dios no es el tipo de padre al que le cuesta abrazar a su hijo o decirle: «Te quiero». No es la clase de padre que tiene cosas más importantes que hacer. No es la clase de padre que te trata de forma diferente cuando metes la pata o no haces lo que Él dice. Como dice la autora Sally Lloyd-Jones en la Biblia de las historias de Jesús, Dios nos ama «con un amor que nunca se detiene, que nunca se rinde, que no se rompe, siempre y para siempre».

¿Alguna vez has sido testigo de un padre así? Aunque ningún ser humano puede lograr amarnos a la perfección, yo he visto el amor de padre a través de mi amigo Brian. Es uno de los padres más cariñosos y comprometidos que conozco. Aprecia a su hijo y a su hija. No es solo su padre; son buenos amigos. Recuerdo que me quedé asombrado al ver cómo interactuaba con sus hijos, sobre todo con las normas. Me dio el ejemplo de un padre que no estaba obsesionado con la autoridad, las normas y la obediencia perfecta, sino que era amable, presente y cariñoso.

¿Sabes quién es tu Padre Celestial? ¿Eres capaz de comprender cuánto te ama y todas las formas en que trata de relacionarse contigo cada día? ¿Las sorpresas sutiles, los buenos regalos, los placeres sencillos que recibes cada día? A través de todas las experiencias, Dios nos está mostrando quién es Él y cuánto nos ama. Dios nos prodiga Su amor día tras día.

Dios, Tú eres misericordioso, presente y amoroso. Incluso cuando no soy consciente de ello, Tú buscas bendecirme.