Viviendo Como Si No Hubiera Un MañanaEjemplo
Viviendo como si no hubiera un mañana
Salomón fue un hombre que supo lo que es vivir una vida a su antojo y llena de libertinaje; en el libro de Eclesiastés escribió… “No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno, porque mi corazón gozó de todo mi trabajo; y esta fue mi parte de toda mi faena”. ¿Tienes idea de lo que es hacer cualquier cosa que se te antoje? Él tenía los medios para hacerlo, ya que fue el hombre más rico del planeta en su momento. Finalmente terminó escribiendo: “Llegué a odiar la vida, pues todo lo que se hace en este mundo resultaba en contra mía. Realmente, todo es vana ilusión, ¡es querer atrapar el viento!”.
Como bien dijo Salomón, todo es una vana ilusión. Todos esos placeres de los que hoy gozamos, llegará un día en que se acabarán, y luego que se terminan, ¿qué es lo que queda? ¿Sembraste algo bueno mientras viviste, como para terminar tu vida en una cama, rodeado de las personas que amas y dando gracias a Dios por la vida que viviste? Si no lo hiciste… te espera un triste final. Si no, pregúntenle a todos aquellos que alguna vez saborearon los deleites del poder y la fama, y hoy que ya no está, son un vago recuerdo de lo que una vez fueron. Muchos de ellos, acabaron en la ruina y la soledad, porque su siembra fue para terminar así.
Dice la Palabra: “Diviértete, joven, ahora que estás lleno de vida; disfruta de lo bueno ahora que puedes. Déjate llevar por los impulsos de tu corazón y por todo lo que ves, pero recuerda que de todo ello Dios te pedirá cuentas”.
¿Ya recibiste a Cristo como tu único y perfecto Salvador? Si no lo has hecho, ¿qué esperas? No esperes al día de mañana, porque no sabes si tendrás otra oportunidad para hacerlo. Lo único que tenemos seguro en esta vida, es este preciso instante, y la certeza de que si morimos en Cristo, tendremos vida eterna junto a Él o en su defecto, una eternidad en el lago de fuego, si es que no aceptaste a Cristo como tu Salvador. Todo lo demás… es incierto.
En mi caso, ya he tenido que sufrir por las consecuencias de mis errores en más de una oportunidad. Pero, tengo la total certeza, de que la sangre de Cristo me redimió de toda mi maldad y si hay una consecuencia que tengo que vivir en la eternidad, será el vivir al lado de Cristo… PARA SIEMPRE.
Amén.
Acerca de este Plan
La mayoría de las personas, hoy en día, acostumbran a vivir sus vidas como si no hubiera un mañana. Pensamos que nuestros actos no tendrán consecuencias y que podemos realizarlos, si se puede decir, de manera impune. La verdad es que tarde o temprano, nos tocará vivir de las consecuencias de todos nuestros actos. La pregunta es, ¿cómo quieres que sean las consecuencias del día de mañana? ¿Buenas o malas?
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Nos gustaría agradecer a Andy Figueroa por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://jeremias2911.com/