ComplejosEjemplo

Piensa con cordura

Navegando por la Palabra de Dios me encontré con una verdad que me golpeó de frente, esta verdad se encuentra en Romanos 12:3. Por mucho tiempo había confundido mi complejo de inferioridad con humildad, cuán equivocada estaba, la humildad no me hace pensar que tengo menos valor, me hace entender que pese a mi valor puedo ver a los demás tal cual son, con valor.

¿Qué fue lo que Dios me ministró con este versículo?

1. No debo tener un alto concepto de mí, pero tampoco uno bajo.

2. Debo pensar con cordura, hacer una ruptura entre lo ficticio y la realidad.

3. Dios repartió a cada uno una medida de fe diferente, por lo que compararme no es una opción.

4. Mi valor no radica en mis títulos, sino más bien en lo que desde la eternidad Dios dijo que yo era.

Algo que me ayuda a tener los pies sobre la tierra y que me hace saber que tengo un valor incalculable es saber que no soy competente por mí misma. Sino que mi competencia viene de Dios, y aunque yo no sea perfecta el Dios a quien sirvo sí lo es y Él ha hecho de mí un mural para mostrar Su gloria.

No te miento, en ocasiones vienen a mi mente complejos. De hecho, en la semana en la que escribí este plan una crisis llegó a mi vida. Me sentí incapaz de poder cumplir con mi vida en todos los sentidos, y pensé soltar algunas cosas. Pero recordé, no es con mis fuerzas, no soy yo, es Jesús en mí, ya que Él dijo que estaría conmigo.

Entrega todos tus complejos al Señor y verás como Él se hace fuerte en tu debilidad.

Con amor Karen