Dios y la VerdadMuestra

Andar en la verdad

El apóstol Juan nos dice que "andar en la verdad" es un mandamiento de Dios Padre. Esta frase tiene como fin poner nuestra vida de acuerdo con la verdad revelada por Dios. Es decir, debemos mantenernos firmes en la verdad de Su palabra, enseñar la Verdad con claridad y tomarla como punto de partida para nuestras decisiones morales. Por tanto, debemos "andar según sus mandamientos", y uno de ellos es el de amarnos los unos a los otros (2 Juan 1:5). Esto demuestra una vez más que la verdad y el amor deben ir siempre de la mano.

El ejemplo máximo que debemos seguir es Dios mismo. Él es amor (1 Juan 4:16) y es el Dios de la verdad (Isaías 65:16, Juan 14:6) al mismo tiempo. Si practicamos el amor fraternal sin prestar atención a la verdad sobre Jesucristo, estamos ciegos y corremos el peligro de tropezar. Si nos centramos en la verdad sin amar a nuestros compañeros creyentes, somos duros y desobedientes al mandato de Dios de amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Por lo tanto, necesitamos ambas cosas. Debemos caminar "en la verdad y el amor".

Como dice el Pastor Tim Keller de Nueva York: "El amor sin la verdad es sentimentalismo; nos apoya y afirma pero nos mantiene en la negación de nuestros defectos. La verdad sin amor es dureza; nos da información pero de tal manera que no podemos escucharla realmente. El amor salvador de Dios en Cristo, sin embargo, está marcado por una verdad radical sobre quiénes somos y, a la vez, por un compromiso radical e incondicional con nosotros. El compromiso misericordioso nos fortalece para ver la verdad sobre nosotros mismos y arrepentirnos. La convicción y el arrepentimiento nos mueven a aferrarnos y descansar en la misericordia y la gracia de Dios".

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