Jesús para todos: La cruzMuestra

La cruz, la gloria de Jesús

Uno de los grandes hechos de la historia es que los hombres importantes encontraron su gloria después de la muerte. Una vez que se ve cuándo murieron y cómo murieron, es que la gente se da cuenta de quiénes fueron. Por ejemplo, Federico Chopin se asomó a la gloria a través de su piano. Georg Friedrich Handel lo hizo a través de su oratorio El Mesías, donde se concentra en la pasión de Jesús y termina con el coro «Aleluya». Beethoven, a través de su novena sinfonía. Enrico Caruso, a través de su voz. Alejandro el Grande, a través de sus conquistas. Hatuey, a través del leño de su hoguera. Los reyes de Francia y de Inglaterra, a través de sus hazañas.

Jesús, en cambio, se volvió a asomar a Su gloria a través de una ventana llamada cruz. Hasta el centurión que lo custodiaba dijo al ver el terremoto: «Verdaderamente este era Hijo de Dios» (Mateo 27:54). La cruz fue la gloria de Jesús, pues nunca tuvo mayor majestuosidad que cuando colgaba de ella. ¡Hasta la tierra se estremeció en protesta! Lo que es más, la cruz fue la gloria de Jesús al ser la culminación de su obra: «He acabado la obra que me diste que hiciese» (Juan 17:4).

¿Por qué debía ser así? En Bristol, Inglaterra, durante la Guerra Civil, encontraron mal herido a un muchacho que trabajaba como mensajero. Sus últimas palabras fueron: «He entregado el mensaje». Jesús, en la cruz, no solo entregó Su último aliento, sino también el Último y Supremo mensaje.

Sin embargo, queda aún una pregunta más: ¿De qué manera la cruz de Jesús glorificó a Dios? Hay una sola forma de glorificar a Dios: ¡La obediencia! Jesús glorificó a Dios entregándole Su obediencia perfecta. La obediencia hasta la cruz prueba que los hombres podían cometer la peor de sus acciones, pero que Jesús podía triunfar a pesar de eso. Para Jesús, la cruz fue el camino del regreso: «Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese» (Juan 17:5). Jesús era como un caballero que abandonó la corte de un rey para llevar a cabo una hazaña peligrosa... la cruz fue su hazaña. ¡Y pensar que Sus enemigos creyeron que era el fin! Recuerda, la cruz siempre será un símbolo de esperanza.

Oración

Jesús:

En las altas cimas de la cruz, donde se perdieron todas las conquistas humanas, donde se hizo bandera la gloria de Tu sacrificio, allí quiero que mi alma suba para no vivir entre el polvo y las piedras del hombre común. Señor, ayúdame a vivir siempre cerca de Ti, a fin de que nada terrenal me impida dejar de caminar a Tu lado. En el nombre de Cristo Jesús, amén.

Este plan se tomó de la Biblia de Promesas Jesús para todos, la cual incluye recursos para tu crecimiento y vida devocional. También te permitirá conocer y relacionarte más con Jesús, meditar en Sus nombres, admirar Sus milagros y disfrutar de Sus promesas. Encuentra la Biblia de Promesas Jesús para todos, de Editorial Unilit, en este enlace: https://bit.ly/3WDoO11.